POESÍA DE ENRIQUE ALCALÁ ORTIZ - Los barrotes del Adarve
03. BARROTES SOLITARIOS (2)

© Enrique Alcalá Ortiz



31     

No corrijo mi distancia.

Quien la corte con sus pasos

de esta forma ha de pasarla.

 

32

Yo soy de los perdedores.

 Mientras existan carreras

me tumbaré entre las flores.

 

33     

Mi necesidad primera

desde que despunté ha sido

el buscarme las lentejas.

 

34     

Enladrillé mi conciencia

con las acciones bastardas

para darle consistencia.

 

35     

Mi fortuna es parabólica

que es una ecuación cuadrada

que se resuelve en mi boca.

 

36     

Esa clave que buscando

me pasa desde hace tiempo

sin encontrar su remanso.

 

37     

Ya se me acercó el momento

de sentir nuevas presencias

que arroparan mis adentros.

 

38     

Sin ningún margen de error

conozco toda mi calle

de tanto cruzarla yo.

 

39

Ahora tengo recuerdos

de las ganas que pasaba

con la ausencia del dinero.

 

40     

Perdí mi generación

haciendo unos crucigramas

que no tenían solución.

 

41     

En tan limitados versos

es difícil expresar

lo que encierra el pensamiento.

 

42

Me puso el ordenador

en su pantalla de vidrio

la suma de dos y dos.

 

43     

Cuando yo empecé a crecer

suponía que todo era

para tenerlo a mis pies.

 

44     

Volando a vista de pájaro,

no pude ver desde arriba

lo que pasaba debajo.

 

45     

Mi contingencia es curiosa:

abro los ojos y veo

iguales todas las cosas.

 

46

Un aspecto inolvidable:

comerme un plato judías

cuando me llegan las hambres.

 

47     

Todo deforma muy práctica.

Las ilusiones no valen

para venderse en la plaza.

 

48     

Tengo identidad con todo.

Poseo mi pensamiento

y dentro de él me escondo.

 

49

Ahora que puedo hablar

no veo que ocurra nada

para poder criticar.

 

50     

Tenía los ojos claros

de tanto mirar al cielo

aunque estuviera nublado.

 

51

Mi cabeza anda y anda,

escribiendo lo que luego

al leerlo se me para.

 

52     

Mientras me fui resistiendo

tenía en mi vaso agua.

Tengo hoy vino que no bebo.

 

53     

Cuando canto soleares

me olvido de lo que luego

más tarde serán pesares.

 

54

Que no me pongo a cantar.

Que mi cante son lamentos

y gritos en la oscuridad.

 

55     

En las ondas de la radio

transmito yo mis mensajes

para quien quiera escucharlos.

 

56

Me establecí en la ribera.

El río inundó la casa

y destrozó mi cosecha.

 

57     

Argumenté mi discurso

con flores de otras macetas

y silogismos absurdos.

 

58     

Tuve que tirar por medio.

No me gustan laterales

que deforman lo que veo.

 

59     

Para salirme del tema

se me han de pudrir las carnes

que recubren mi osamenta.