Personas - Prieguenses
MANUEL SIDRO DE LA TORRE. (1845-1903)
Militar, profesor, ingeniero, escritor, matemático e innovador industrial. Tenía numerosas distinciones.

 



                                                                                                        © Enrique Alcalá Ortiz

  

  E

l prieguense Manuel Sidro de la Torre es militar retirado, conferenciante, articulista, inquieto promotor del progreso y creador de academias politécnicas donde se impartían clases de bachiller, carreras superiores y acceso a las academias militares.

               Su acta de bautismo dice así: ?En la villa de Priego, provincia de Córdoba y Abadía de Alcalá la Real, en el día 6 del mes de marzo del año 1845, yo, don Ramón de la Torre y Lara, presbítero de licencia, y en presencia de don José Páez Luque cura teniente de Santa María de la Asunción, parroquial única de esta Villa, bauticé solemnemente a Manuel Casimiro Lucio, que nació como a las once de la mañana del día cuatro de los corrientes, vive en la calle del Río de esta población, hijo legítimo de don Juan Nepomuceno Sidro del comercio y de doña Dolores de la Torre y Lara, su mujer.    

                   Abuelos paternos don Salvador Sidro y doña María Agustina Albendín, su mujer difunta. Fue su padrino don José de la Torre y Lara, soltero, también del comercio, y tío carnal del bautizado, al que advertí su obligación y parentesco espiritual. Testigos don Juan de Dios Gámiz y don José Gallardo, sacristanes de esta parroquial.

               El padre y la abuela paterna son naturales de la ciudad de Ronda donde ésta contrajo su matrimonio en la parroquia de Santa Cecilia. El abuelo paterno natural de Gominola en la Isla de Malta en el Reino de la Gran Bretaña.

               La madre y los abuelos maternos, y el padrino naturales de la ciudad de Lucena donde aquella contrajo su matrimonio, y en la actualidad es vecina de esta dicha Villa, como igualmente al expresado padre y los demás comprendidos en esta partida son naturales y vecinos de la misma, y para que conste lo firmamos fecha ut supra. José Páez Luque. Ramón de la Torre y Lara?[1].

               Se instruye en Madrid y en 1863 ingresa en el Colegio de Artillería de Segovia. En su hoja de servicios, conservada en el Archivo Militar de Segovia, constan sus sucesivos ascensos hasta llegar a teniente por promoción, capitán por antigüedad y comandante por gracia general. Participa en la batalla de Alcolea en el año 1868 a lar órdenes del Duque de la Torre y e 1872 embarca en Barcelona rumbo a Filipinas, donde estaba destinado su hermano Adolfo. Regresa a la península al año siguiente.

               Ejerce la docencia militar en la Academia Militar de Segovia en el año 1875. En 1878, siendo comandante graduado y capitán de cuerpo, establece en la misma ciudad de Segovia una academia de preparación para el ingreso en la de Artillería. Trasladando esta actividad a la ciudad de Córdoba en el año 1888 donde estuvo hasta 1893.

               Años más tarde, en Madrid prosigue su actividad formativa e investigadora. Asciende a Coronel Graduado, y en 1901 consigue el título de Ingeniero Industrial Militar. Murió en Madrid donde residía en el año 1903.

               Estaba en posesión de la Cruz Blanca de Primera Clase del Mérito militar y de la Cruz de Caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica[2].

               En Madrid, el año 1903 publica su obra ?Magnitudes y medidas: puntos importantes de matemáticas elementales?.              

PUBLICACIONES EN PRENSA 

Al ingeniero Manuel Sidro de la Torre entre noticias y artículos de su propia autoría le hemos recopilado un total de 23 fichas que representan un 8?21 % del total de las presentadas en este trabajo. De ellas, 14 son noticias y 7 artículos.

La siguiente tabla nos muestra la distribución de su obra en los diferentes periódicos de Córdoba:

 

Nº DE ORDEN

CLASE

DIARIO

DE

CÓRDOBA

LA UNIÓN

TOTALES

1

NOTICIAS

14

2

16

2

ARTÍCULOS

7

 

7

 

TOTALES

21

2

23

             La primera noticia data del año 1878, entonces tiene 33 años de edad. En ella nos enteramos de la apertura en Segovia de una academia de preparación para el ingreso en el Cuerpo de Artillería, entonces era capitán de cuerpo y comandante graduado.

            En 1888, esta Academia Politécnica la tiene instalada en Córdoba, en la Plazuela de Jerónimo Páez. En ella se daban clases de segunda enseñanza, así como las pertenecientes a la facultades de Derecho, Filosofía y Letras, Notariado, Procuradores, además preparaban el ingreso en la Academia General Militar, Escuela Naval, Escuela General de Ingenieros y Arquitectos, Cuerpo de Telégrafos y Cuerpo de Topógrafos. Como vemos era una pequeña universidad particular.

                    En la segunda mitad del siglo XIX, la ciudad de Córdoba contó con una Universidad Libre fundada por la Diputación Provincial en el año 1870 que duró solamente tres años y poco más tarde la Universidad Católica igualmente de muy corta duración. Ya a finales de siglo XIX existía un Instituto, una Escuela Normal y Escuela de Veterinaria, instituciones oficiales a todas luces insuficientes para la demanda, por lo que aparecieron varias escuelas y academias particulares donde estudiaban bachiller numerosos alumnos de la capital y de los pueblos que a la vez que le hospedaje disponían de clases destinadas al repaso de las asignaturas. Como las de Pablo Antonio Fernández de Molina, colegio de Santa Clara y otras. Sin embargo, la que más renombre cogió fue la creada por el prieguense Manuel Sidro de la Torre, de la que Ricardo de Montis nos dice: ?(?)  Hemos dejado para el último lugar, a fin de hacerlo objeto de especial mención, el centro docente particular más importante que ha habido en nuestra capital, un establecimiento de enseñanza que honró a Córdoba: nos referimos a la Academia Politécnica.

                    Fundóla un distinguido jefe del ejército, hombre de gran cultura, provechosas iniciativas e incansable actividad, don Manuel Sidro de la Torre, a quien debemos la instalación del servicio telefónico urbano.

                    La estableció en uno de los edificios espaciosos y monumentales de esta población, la casa solariega de Jerónimo Páez, situada en la plaza a que da su nombre, y la dotó de un profesorado competentísimo y de material pedagógico abundante y moderno.

                    La Academia Politécnica tuvo fama en Andalucía y reunió considerable número de alumnos entre los cuales figuraban muchos forasteros.

                    Circunstancias especiales obligaron al señor Sidro de la Torre a abandonar nuestra ciudad y, por este motivo, desapareció el centro de cuya creación podía estar orgulloso. (?)?[3].

                    La importancia que tenía Manuel Sidro de la Torre y su Academia en la sociedad cordobesa podemos evaluarla en la visita que hizo a Córdoba el afamado inventor del submarino Isaac Peral que fue acogido en julio de 1890 con todos los honores de héroe en una ciudad que se echó a la calle para vitorearlo entusiásticamente. Entre las visitas realizadas por este insigne inventor estuvo en la Academia Politécnica acompañado de autoridades, corporaciones, gremios y numeroso público y desde dicho centro saludó a las redacciones de los periódicos locales por el teléfono que Manuel Sidro acababa de instalar en Córdoba. Semanas antes Sidro de la Torre había abierto una suscripción en Córdoba para regalar un objeto de arte al insigne hijo de Cartagena, señor Isaac Peral.

                    Aparte del la estación telefónica, estableció una estación meteorológica y se encargaba de dar un parte diario en la prensa cordobesa. Fue iniciador de otros importantes proyectos para la ciudad de Córdoba, como la creación de una compañía anónima para el abastecimiento de aguas. Contándose algunas obras de caridad importantes como el ofrecimiento que hizo a la viuda del literato Pedro A. Alarcón para dar pensión y educación gratuita a dos de sus hijos.

            ?En otros sentido, -no cuenta Carlos Valverde López-, el primero de enero se inauguraron en el Círculo de Priego la veladas literarias que fueron dos en este mes: la de año nuevo y del día de Reyes. En ellas actuamos don Antonio Caracuel, don Juan Callava, don Enrique Castillo, don Miguel Marín, don Rafael Entrena y yo.´

          Celebráronse otras segundas Veladas en los días 13 y 14 de abril, Pascua de Resurrección, en que disertamos los mismos, más el profesor de primera enseñanza don Ubaldo Calvo y Sánchez, que hizo un discurso muy regocijado Estas segundas Veladas, tuvieron por presidente al ilustre escritor don José Ortega Munilla, director de los Lunes de ?El Imparcial?, y en la primera de ellas pronunció un hermoso discurso don Manuel Sidro de la Torre? (?)[4] . Su conferencia fue acerca del bienestar y engrandecimiento que logran los pueblos con moralidad y amor al trabajo.

            En 1893, cuando ya tenía programado dejar Córdoba, da una conferencia en el Círculos de Obreros desarrollando la tesis sobre la educación del obrero.

          Igualmente, llegan alguna noticias de su familia como el fallecimiento en Priego de Dolores Lozano Sidro, una sobrina suya, o del accidente que tuvo el carruaje en el que viaja  de Priego a Alcalá la Real en compañía de una hija pequeña y el ama de cría que la llevaba en brazos, resultando con pequeñas contusiones y heridas los otros acompañantes. Y residiendo en Madrid,  en 1898, la muerte de su joven hija Maria Adelaida.                   

                    En el primer artículo que artículo recopilado relata con un gran entusiasmo las pruebas que realizada Isaac Peral para demostrar la viabilidad de su invento y meses más tarde, el desencanto por el poco apoyo que le ofrecen desde los organismos oficiales. En otro gran artículo critica duramente a la compañía de ferrocarriles por el mal acondicionamiento de la estación de Cercadilla, que más que estación era un insalubre barracón. En los siguientes artículos nos enteramos de los movimientos reivindicativos de los obreros extremistas, los tejemanejes en el Congreso Internacional de Orientalistas y su conferencia en el Ateneo de Córdoba, solicitando para Córdoba un Centro de Distrito Militar. En el último artículo publicado en 1894,  ya fuera de Córdoba, titulado Recuerdos que no se borran pondera la ciudad donde fue acogido con tanto cariño.

 



[1]  (Archivo Parroquial de la Iglesia de la Asunción de Priego de Córdoba. Libro de Bautizos).

[2] Algunos de los datos citados están tomados del artículo El ingeniero industrial militar Manuel Sidro (1845-1903) de Manuel Peláez del Rosal, revista ?Fuente del Rey?, número 127, julio de 1994, trabajo que adolece de algunos errores en las fechas, así como la foto que corresponde a su hermano Adolfo.

[3] MONTIS, Ricardo de: Notas cordobesas. Colegios Particulares (octubre 1919). Tomo IV. Página 143 y siguientes. Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. CajaSur.1989.

[4] VALVERDE LÓPEZ, Carlos: Memorias íntimas y populares. Manuscrito.