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Según Madoz, en la villa de Priego a mediados del siglo XIX existían dos escuelas en el desamortizado convento alcantarino de San Pedro, dotadas con dos maestros a los que se les daba 2.750 reales a cada uno, y otra escuela con un maestro aprobado, cuidando entre todos a más de 200 alumnos. La oferta se completaba con la escuela para unas 400 niñas pobres que existía en el beaterio fundado por María Josefa del Mármol y tres escuelas de señoras a la que concurrían unas 70 discípulas.[1] Esto explica, según ha puesto de manifiesto Rafael Osuna Luque[2], que la tasa de analfabetismo en Priego en este período sea superior a la de la provincia de Córdoba, (siendo la cordobesa superior a la vez a la media nacional), alcanzando un porcentaje neto (en la población superior a 10 años) de 86.6 por ciento, siendo para los varones 82.6% y para las hembras un 90.3%.
A lo largo de las décadas siguientes, la situación va mejorando pero muy lentamente. Podemos destacar algunas etapas sobresalientes iniciándose éstas con la Dictadura de Primo de Rivera, cuando el Ayuntamiento construye el primer edificio expresamente dedicado para escuelas de educación primaria, algo sin precedentes, nunca visto en la localidad, reconvertido en cuartel de la Guardia civil. A este período seguirá otro esplendoroso propiciado en los escasos años de vigencia de la II República, cuando se hacen numerosas escuelas, se levanta el colegio del Palenque, y se inicia, por primera en la historia de la ciudad, la educación secundaria con la creación de una Escuela de Artes y Oficios, pero sobre todo, con la creación del Instituto Elemental de Segunda Enseñanza, cuyo comentario es el objeto del presente trabajo. La desgraciada sublevación militar de Franco producirá durante muchos años un parón en el desarrollo educativo, llegando a suprimir el Instituto. La llegada a la Alcaldía prieguense del pontanés Manuel Mendoza Carreño, maestro de escuela, y la recuperación, después de una miserable posguerra, impulsará la creación de escuelas, grupos escolares y se recuperará en parte lo que se había perdido. Se crea una ?Escuela de Formación Profesional Textil? y ya en 1952, el Instituto Laboral, en su modalidad de Agrícola y Ganadera, pero sólo para varones. El sexo femenino tendrá que esperar varios lustros más, ya que será a mediados de la década de los sesenta cuando se crea la Sección Delegada, después Instituto, Álvarez Cubero, ya con las mismas condiciones del Instituto republicano. La pena es que habían pasado treinta años. Treinta años donde muchos prieguenses de ambos sexos se perdieron para
[1] MADOZ, Pacual: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Andalucía. Madrid, 1845-1850.
[2] OSUNA LUQUE, Rafael: La población de