Historia de Priego de Andalucía - Niceto Alcalá-Zamora y Priego de Córdoba
12. NICETISTAS Y VALVERDISTAS: PERFILES DE SU ENFRENTAMIENTO
Enfrentamientos locales



© Enrique Alcalá Ortiz

 

            Don Niceto cuenta en sus Memorias los sinsabores que durante la niñez tuvo que sufrir en su casa por motivos políticos, ya que su familia y su padre fueron y eran miembros destacados y activos del partido liberal en Priego. Como él mismo relata, todo esto lo perdonó y en numerosas ocasiones ayudó con sus gestiones a beneficiar los intereses de los que políticamente no eran de su tendencia.

            Nuestro paisano nunca ejerció directamente un cargo político en su pueblo, ni en la provincia. Cuando cesa en la localidad la hegemonía electoral de los seguidores de Romero Robledo por la disolución de la facción política por él liderada, toman las riendas el grupo demócrata nicetista. En las elecciones generales de 1914, sacó acta de diputado por Priego y días más tarde por La Carolina (Jaén). Como había anunciado, renunció al acta de Priego, pero hizo que se eligieran sucesivamente amigos suyos, y como nos dice, esto era como votarlo a él. En seis ocasiones se hizo sustituir. Algunos de estos fueron Serrano Ramos, Bufill Torres y Rubio Chávarri, todos de Priego, y que además de ser diputados, ejercieron la Alcaldía de Priego en diferentes ocasiones. Esta influencia la ejerce desde el año arriba indicado hasta el 1936, con la interrupción de los años de la dictadura de Primo de Rivera, durante la cual fue humillado y perseguido en su finca de La Ginesa. Durante la República, su dominio político en el Municipio fue total, ejercido por amigos incondicionales[1].

            Así como en otros pueblos de la Subbética y de la Campiña cordobesa, las luchas entre las diferentes clases sociales y tendencias políticas fue muy acusada, aquí en Priego tuvo un perfil muy diferente, pues se enfrentaron prácticamente la misma clase: la pequeña burguesía, que desde siempre había detentado todo tipo de poderes, económico, político, cultural y religioso.

            A fuer de repetirnos en muchos puntos, creemos necesario hacer un resumen, a modo de prontuario, de los pleitos y enfrentamientos más importantes que se produjeron entre los dos grupos políticos que en la localidad vinieron a llamarse nicetistas y valverdistas. Nuestra intención es, pues, ofrecer una visión flexible de esa panorámica de enfrentamiento, resaltando los sucesos más sobresalientes.

 

COLUMNARIOS Y NAZARENOS

            En nuestro pueblo no hubo ni hay un sistema dual de cofradías. Es decir, el pueblo no se polarizó en dos mitades antagónicas representativas cada una de las clases sociales, como ha pasado y pasa en algunos lugares de Andalucía.

            Nuestras principales cofradías estuvieron siempre en manos de las clases pudientes, ya que estas organizaciones cívico‑religiosas eran una forma más de demostrar el poderío social que se ostentaba. A través de dos de ellas, Nazareno y Columna, una cierta tendencia de conservadores y liberales, fue apoyando a una y a otra en sus fiestas y desfiles procesionales, creando dos grupos rivales ‑columnarios y nazarenos‑, procurando cada uno de ellos superar a los otros en magnificencia y grandiosidad de sus celebraciones. De esta forma, como dice Manuel López Calvo[2], la familia de los Alcalá‑Zamora estuvo ligada a la cofradía de la Columna. El senador Gregorio Alcalá‑Zamora consiguió que la Reina mandara en el año 1890 un representante suyo a la función de acción de gracias que se celebró con motivo del restablecimiento del heredero. Don Niceto regaló ricos presentes a la Cofradía, a la que apoyó numerosas veces y en su finca de La Ginesa se conserva un magnífico óleo del titular columnario, pintado por un paisano. Mientras que por otra parte, la familia de los Valverde han acaparado durante varias generaciones el poder en la hermandad del Nazareno.

            Carlos Valverde López en sus Memorias íntimas y populares recoge estos celos antagónicos que alcanzaron su apogeo en la última mitad del pasado siglo y continuaron hasta el presente, como nos lo demuestra un artículo aparecido en la revista local Patria Chica (1915), donde el articulista se preguntaba si Jesús era un sólo Dios a qué venía tanta rivalidad en el culto a las dos imágenes. Ésta se fue apagando con el transcurso de los años, y hoy, aunque existen unos lógicos celos entre cofradías, podemos encuadrarlos dentro de un plano de una sana superación, alejada de la envidia y del enfrentamiento más enconado.



    [1] ALCALÁ-ZAMORA..., ob., cit., páginas 52, 102, 110, 352, 376, 482 y 486 para más información sobre el tema.

    [2] LÓPEZ CALVO, Manuel: Priego, (1868-1923) caciquismo y resignación popular. Centro Asociado de Córdoba. UNED, 1988, página 113.