CANCIONERO POPULAR DE PRIEGO DE CÓRDOBA - Los malos tratos
02. CANTARES DEL PUEBLO
La violencia como gracia.

© Enrique Alcalá Ortiz



El corpus del ?Cancionero Popular de Priego? tiene dos vertientes claramente diferenciadas. Una de ellas es lo que se cantaba en los coros populares que se hacían por las calles y que devino en llamarse ?rincoros?. Las coplas de este grupo son las que van ser objeto de nuestro estudio para resaltar el estado de malos tratos y violencia en el que se vivía inmerso. Si bien, al carácter general con el que se expone el tema, la violencia se usa con un sentido jocoso, humorístico, con la santa intención de hacer gracia. Están muy lejos de la tragedia sangrienta, tema muchas veces destacado de las coplas flamencas y de los romances de ciego.

         La otra vertiente del Cancionero Popular  recoge otros cantes como los romances tradicionales e históricos, cantares de ciego, coplas romanceadas, copla popular propiamente dicha, villancicos, murgas de Carnaval, comparsas Navidad y oraciones religiosas. El tratamiento de la violencia aquí es mucho más real, con visos de verídico y por lo tanto más cruel. Los numerosísimos casos encontrados dan contenido para una extensa tesis. Aquí solamente resaltaremos algunas pruebas de las encontradas a título de prueba.

         En el tema de ?Mariana Pineda? se describe la muerte de está por medio del garrote vil con resultados tan expresivos ?su garganta unida quedó?; el tema del mundo del toro con los romances y coplas donde se nos describen mortales cornadas a Joselito, Sánchez Mejías, Manolete, Paquirri...; las penurias de los soldados que marchan a Cuba y al norte de África, lugares donde tantos hallarían la muerte, cautiverios en tierra del moro, las bromas pesadas en los cuarteles, el maltrato de los oficiales a la tropa; la vida de los bandoleros, echados el monte, con sus asaltos, crímenes, venganzas y enfrentamientos con las autoridades; la Serrana de la Vera, de vida solitaria en un monte, dedicada al robo y al crimen; lo que pide Gerineldo para disculparse en el caso de tener culpa por haber gozada de la princesa: ?(...) que me den tres puñaladas/ que me peguen cuatro tiros, /que me corten la cabeza,/ si yo la culpa he tenido./?; las constantes guerras entre cristianos y moros en los romances históricos; el maltrato moral que recibían las mamás de los expósitos; los variados crímenes para salvar la honra; padres que arrojan a su hija a un pozo para que no vean a su amado, reinas que mandan asesinar a los galanes de sus hijas, progenitores meten a sus descendientes en un convento o mandan al pobre adulador lejos de su amada, o hechos verídicos como la madrastra que mata a su hijastras, porque le robaba el cariño de su esposo; las que tienen por tema nuestra contienda civil del año 1936; los abundantes abandonos de niños recién nacidos; los incestos, muchas veces con final sangriento; y el ejercicio de la prostitución motivado por el abandono del novio en el que se había confiado, puede ser el broche de esta muestra[1].



[1] Todos estos temas los tenemos ampliamente tratados en el libro Cancionero popular de Priego. Poesía cordobesa de cante y baile. Tomo VI.