CANCIONERO POPULAR DE PRIEGO DE CÓRDOBA - Lavanderas y lavaderos
04. EL ENAMORADO DE LA LAVANDERA
Los lavaderos como encuentro de enamorados.

© Enrique Alcalá Ortiz



Los lugares de lavaderos son de encuentro para los enamorados y donde aparecen los primeros síntomas de celo y la oportunidad para conocerse. Ya dijimos. En las coplas, la moza canta cuando vuelve de lavar bajo la sombra del puente, para recibir a continuación la contestación del enamorado que siempre la encuentra lavando, para continuar quejándose de que su blanca cara la está quemando el sol. Por entonces, el moreno era del pueblo, conseguido en duras horas de fatiga en las faenas agrícolas o domésticas realizadas a la intemperie y nunca conseguido sobre una tumbona a la orilla de las cloradas aguas de una piscina o de las saladas de las playas de moda.

De entre todas estas coplas, la que sigue es de las más famosas y repetidas de cuántas hemos recopilado:

 

Que vengo de lavar,

de lavar,

que vengo del río,

del río,

que vengo de lavar,

de lavar,

cariño mío.

 

Paso el río, paso el puente,

siempre te encuentro lavando,

¡qué lástima de carita

que el sol te la esté quemando!

 

Que vengo de lavar, etc.

 

Paso el río, paso el puente,

siempre te encuentro lavando,

con el agua te diviertes

y a mí me estás olvidando.

 

(Variante):

 

Que vengo de lavar,

de lavar;

que vengo del río

del río,

que vengo de lavar,

de lavar,

tonto perdío.

 

         Ante tal explicación, no es raro que surja el piropo tan característico en una sociedad reprimida, piropo con una metáfora tan alejada de la realidad prosaica con clara intención idealizadora:

 

En el lavadero

te he visto lavar

y me pareciste

sirena del mar.

 

         En estas de ahora, el mozo apunta a diversos momentos alusivos a la moza con sus vestidos limpios, piropos donde sale la limpieza de su porte, la pureza de las aguas en las que se lava su amada o lugares de observación para ver el camino de su enamorada camino de las fuentes para lavar.

 

Todas las mocitas van

con sus vestidos tan limpios,

que parecen mariposas

recién salidas del nido.

     *

Si te vide o no te vide,

si te vide no me acuerdo;

no sé si estabas lavando

o en el romero tendiendo.

     *

Tenía mi balconcito

ventanitas a la mar,

para ver a mi morena

cuando va al río a lavar.

      *

Nunca se lavó mi rubia

con las aguas minerales

se lava con agua clara

de los claros manantiales.