POESÍA DE ENRIQUE ALCALÁ ORTIZ - Casi una nube
11. CASI UNA NUBE (XI)
Poemas: 51. Gubia de deseos. 52. Quiero. 53. Un beso. 54. Todo el día. 55. Eso eres para mí.

© Enrique Alcalá Ortiz



 

51. GUBIA DE DESEOS

Con la  gubia de deseos

preparada,

apuntando a ese cuerpo

que delata

redondeces de suspiros

en la cara.

 

Deseando abrir caminos

en el agua

de ese cuerpo que bebido

me embriaga.

Con la gubia de deseos

apuntada,

esculpiendo en tu delirio

dulces faltas

y labrando mientras ando

tierras bajas.

 

 

52. QUIERO

 

Mi amor,  madrecita,

mi amor azul,

es una cosa preciosa

así como tú.

 

Así con tú,

mi madre amada,

es la chavala

a quien quiero

hacer mi esposa

por la otoñada.

 

 

53. UN BESO

 

Cuando llegará el día

que con tanta ansia

espero.

 

El día que a tu ventana

al anochecer

yo me llegue.

 

A tu oído, callado

y miedoso yo te diga,

que te quiero con locura.

 

Y antes de pensarlo,

uno ni otro,

nuestros labios

se unan

en un beso

aunque novicio...

prolongado y descubridor.

 

 

54. TODO EL DÍA

 

Piensa en mí

en la aurora,

cuando el rubio sol

de su sueño despierta

y los ruiseñores

cantan alegres

la alborada.

 

Acuérdate de mí

en la tarde

de novicia primavera,

en el día que acaba,

en el ocaso que llega enrojecido.

 

Recuérdame en la noche

cuando lloran las estrellas

y los pajaritos callados

duermen en los olmos,

y la fría brisa besa la cara

del amante que espera impaciente

en la reja de la ventana.

 

Recuérdame con la luz del día

cuando salgas a tu huerta

a segar la fría hierba,

a coger el agua clara

que brota en el venero.

 

Y si tú te acuerdas de mí,

piensa que yo,

todo el día te quiero a mi vera.

 

55. ESO ERES PARA MÍ

 

Eres para mí,

como relámpago

en día tormentoso

que fugaz desaparece

en el negro cielo.

 

Eres, como blanco copo

que se deshace

al besar el suelo.

 

Como gota de agua

que pierde su existencia

en un mar embravecido.

Como lucero titilante

que se pierde

con la aurora.

 

Como rosa delicada

que nace en la mañana

para morir

en la noche presurosa.

 

Eso y mucho más

eres para mí,

joven preciosa.