Las cosas aparentemente intrascendentes, a veces, dejan de serlo y toman una importancia cuando el tiempo deja su impronta. Aquí tenemos ahora unas coplas que nos muestran muchos aspectos de la moda en el vestir de hace varias décadas. Es una moda de pueblo. No es una moda del pueblo elegante. Aparecen objetos referidos al hombre y a la mujer. De los que más se citan son la gorra -no debemos olvidar que en esta época todos iban cubiertos- la pelliza, las alpargatas, sombreros y algunas otras que han pasado al mundo del olvido como la blusa y el refajo.
También aparecen aquellos elementos que tienen un cierto sentido erótico como el vestido de lunares y el delantal. Prenda ésta que antes era inseparable de la mujer. Igualmente se alude al pañuelo de seda como símbolo de promesa amorosa. A este respecto dice Antonio Carrillos "El pañuelo de seda o de lunares es uno de los mayores símbolos de la entrega de una persona a otra; durante mucho tiempo ha sido la prenda que se cruzaba entre la mujer y el hombre como símbolo de desposorio". Tenemos una que lo confirma de esta forma:
...para principios de amor
me dio un pañuelo de seda.
Ropa de hombre
1
A ese tío que va ahí,
no le pega la corbata,
que lo que le pega a ése
es el jopo de mi gata.
2
A ese tío que va ahí,
si no fuera por el traje,
parecería un cañamero
en lo alto de un taraje.
3
Anda, y no presumas tanto,
ni te des tanto postín,
que se te ha roto el zapato
y se te ve el calcetín.
4
Antonio, divino Antonio,
alfiler de mi pechera,
cinta de mis alpargatas,
cadena que al cielo llega.
5
¿A quién se le habrá perdido
una chaqueta sin mangas,
sin forros, sin delanteros,
sin bolsillos, sin espaldas?
6
Con ese sombrero blanco
pareces el más ladrón;
aunque no has robado a nadie,
me has robado el corazón.
7
Con la gorra y la pelliza
tú no vengas a rondarme;
pareces un quinquillero
de esos que venden encaje.
8
Desde que vino la moda
de abrigos y gabardinas,
se quedaron las pellizas
para uso de cocina.
Ropas de mujer
1
A la vecina de enfrente
se le quemó el delantal,
si no acuden los bomberos
arde el cuarto principal.
2
Anda diciendo la gente
que yo no llevo refajo;
ahora me voy a hacer
uno que me asome por abajo.
3
Compañerito del alma,
mira sí tendré talento,
que me quito el calcetín
teniendo el zapato puesto.
4
Corrí, corrí,
tras de la liebre
y no la cogí.
Querido dueño,
me rinde el sueño,
que la prenda que adoro
de verla vengo
y he de volver
por el pañuelo
que te di ayer.
5
Dicen que mi amor me dio
y si me dio que me diera;
para principio de amor
me dio un pañuelo de seda.
6
Hágame usté unos zapatos
con el tacón que levante,
que soy bajita y no alcanzo
a los brazos de mi amante.