© Enrique Alcalá Ortiz
n una sociedad donde el dinero es considerado dios, hablar de dinero es meterse en religión.
Aquí el dinero es el gran asesino de amores. Mejor dicho la ausencia de él. Las coplas muestran la cruda realidad de los amores que no han sido posibles porque había pobreza:
...yo tenía un novio rico
y por pobre me ha dejao.
Vimos en el capítulo de la familia que una de las causas del rechazo de la madre al yerno o a la nuera, eran las pesetas. Otra parte de las coplas hacen alusión a la importancia social del dinero, -aunque en alguna se alude a que ser pobre no es deshonra-, y al poder que éste tiene como sinónimo de estimación pública.
Frente a la copla flamenca, que habla de miserias y mendicidad, donde la pobreza es la consecuencia del abandono secular del pueblo gitano-andaluz, la pobreza de los rincoros no es miserable. No llega al extremo de "pobre de necesidad" que es una fuerte característica del cante jondo.
Amor y dinero
1
Atermínate a quererme
y no seas como el dinero
que, andando en muchas manos,
se le borran los letreros.
2
Compañerita del alma
el dinero es un recreo,
querer que tiene dinero
es bonito siendo feo.
3
Dicen que te has alabao,
que eres guapo y con dinero;
yo también me alabaré,
pues soy fea y no te quiero.
4
El querer y el interés
salieron al campo un día;
más pudo en ti el interés
que el querer que me tenías.
5
La mujer, que se enamora
de la ropa y no del hombre,
es una ignorante tonta,
porque la ropa se rompe.
6
Me dijiste que tenías
los dineros en el banco,
y resulta que no tienes
ni unos calzoncillos blancos.
7
Que soy fea ya lo ves,
que soy pobre ya lo sabes,
el consuelo que me queda,
que somos los dos iguales.
Dinero y sociedad
1
El que quiera prosperar
y luego ponerse rico,
que ponga en el mes de enero
una tienda de abanicos.
2
El ser pobre no deshonra
ni mancha ningún linaje;
soy pobre pero no tengo,
ninguna rama que abaje.
3
Sale el sol por la mañana
con sus rayos, placentero,
por eso digo que vale
el gusto más que el dinero.
4
Si porque no tienes capa,
los ricos te dan de lao;
abróchate la solapa
y no seas esastrao.
5
Tengo más ganas que Dios
de pillar a un señorico,
de quitarle la cartera
y reventarle el hocico.
6
Yo me fui de rico a pobre
por ver lo que el mundo daba;
ahora veo que a los pobres
nadie los mira a la cara.