Por Hermelo Arabena Willians
Tendida en el bucólico sosiego,
cual pudorosa virgen codiciada
por la islámica Córdoba y Granada,
soñando en el barroco, duermes Priego.
Lejos del falso alarde palaciego,
en duro acero de virtud templada,
vas tejiendo, tras cada campanada,
tu porvenir con el tesón de un griego.
Morisca la mitad, la otra cristiana,
tu fe industriosa es río que fecunda
la andaluza región que en ti se afana.
Un coro de angelillos te circunda,
como endulzando tanta angustia humana
que en ti sufriera el Conde de Superunda.