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57. Y EN LOS RINCOROS SE OYERON LAS COPLAS, LAS SEGUIDILLAS Y LAS SOLEARES (2)
© Enrique Alcalá Ortiz
XXVI
Mira si llevo razón,
blancanieves sin espejos,
que te llenas de emoción
cuando te miro de lejos.
XXVII
Y si por no querer yo
con otro te prometiste;
el cura no perdonó
la mentira que dijiste.
XXVIII
Si me olvidaste no sé,
y no sé si me quisiste;
si me dejaste lo sé,
también sé, que te reíste.
XXIX
Eres pájaro cantante
que no hace más que ruido,
para buscarse un amante
que se cobije en su nido.
XXX
Si quieres ríete de mí,
pero has de tener presente,
que mi amor no tendrá fin
si se enterase la gente.
XXXI
Si por meterte en política
te encerraron en la cárcel:
ya sabes dónde comer
si no quieres libertades.
XXXII
Ve a pedir al sindicato
los sueldos que no te dan;
el que no pide no tiene,
ni lo que puede encontrar.
XXIII
En los textos que se aprueban
por ésos que mucho saben,
cuando se compran, hay quienes
se acuerdan bien de sus madres.
XXXIV
No te inmutes si te multan
por un discurso dilecto;
nadie podrá multarte en
el último aparcamiento.
XXXV
Ley y copia de los burgueses
en el arte de engañar.
Desconfía de lo que dicen,
no mames lo que te dan.
XXXVI
Exprésate si es que puedes
dentro de una asociación;
juegos malabares no hagas,
por favor.
XXXVII
Siempre dan las preferencias
al que más dinero tiene;
no te amargues si te olvidan,
procura que no te llegue.
XXXVIII
Miles de carcamonías
los miles de oficios son;
capullitos que no se abren
en el fondo del cajón.
XXXIX
Si mi dueño fuese criado,
¡si yo fuera su patrón!,
cuántas y qué humillaciones
le devolvería yo.
Pues no quiero tener nada
que gratis otro me dio.
XL
Aquél que siempre nos manda,
jamás pierde la razón;
mandar por eso queremos
aunque sea lo peor.
XLI
Que no busquen privilegios,
si ahora nacen democracias.
Se acabaron los enchufes
y los cargos a dedocracia.
XLII
No mires a la luna
dentro del agua;
si la miras arriba
la verás clara?
Sólo un momento
y te convencerás
de lo que es cierto.
XLIII
Se quebraron los brazos
en mil astillas,
cuando supe por otro
que me querías.
Pues es peor
enterarte por otro
lo de los dos.
XLIV
Paseaba en el coche
mi amada y yo,
y las alegres risas
de nuestro amor.
XLV
¿Quién es?, me preguntaron
muy secretito.
Dije que no sabía
de él, ni pito.
XLVI
La Luna se recrea
en la belleza
de la que lleva el lazo
en la cabeza.
XLVII
Guárdate tus requiebros
en el bolsillo,
no seas inocente
como un chiquillo.
XLVIII
Aun te pintas la cara
como un payaso
automóvil antiguo
comprado a plazos.
XLIX
Nos vemos en la puerta
de la sacristía,
en invierno, en verano,
de noche y día.
L
Mira cómo ríe
la más galana;
tres pretendientes hoy?, novia es mañana.
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