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18. LLÉGATE A BEBER (1)
© Enrique Alcalá Ortiz
90. SI TIENES SED
Si tienes sed:
llégate al río,
llégate al mar
y podrás beber.
Camina a la fuente
que quita la sed.
Corriendo, despacio
con ese botijo
que llena tu encanto.
Si tienes sed:
al río,
al mar,
al botijo a beber.
91. DI-REC-TA-MEN-TE
Del agua de la fuen-te,
amarla y comerla
a tragos len-ta-men-te.
Para beberla
-agosto, estío-
con las dos manos
di-rec-ta-men-te del río.
(O con búcaro,
cántaro, orza, botijo).
Lo mejor:
tomarla con las manos
sua-ve-men-te del río.
Para la sed del verano.
Del agua de la fuen-te,
beberla cuando cae,
cuando forma aún co-rrien-te.
(O con botijuela,
porrón, alcarraza,
botija o boteja).
Beber,
del agua de la fuente,
cuando mana,
ma-nual-men-te.
92. BÉBETE EL MAR
I
Al mar
te llegaste a descansar.
Bébetelo
para contemplar su suelo.
La costa
te hizo sentirte loca.
Bébete el mar
y reposa en el suelo ya.
II
Cuando te bebas el mar
piérdete luego un momento
en su gran profundidad.
93. ZUMO
No te pongas en la arena
del jardín.
Ponte en la playa morena
de carmín.
Entre las cañas de azúcar,
bébete el zumo dulzón de locura.
94. COGE EL AGUA QUE NO HAS DE BEBER
El agua que no has de beber,
déjala correr.
Pero te digo de nuevo
lo que debes aprender:
Coge el agua que va andando
por si la has de beber.
Forma un estanque guardado
por si te llega la sed.
¡Coge, pues,
agua que no has de beber!
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