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08. EL ARCO DEL AGUA (2)
© Enrique Alcalá Ortiz
31. NI DURO, NI BLANDO
Ni duro, ni blando,
como la mar, limpio,
flojo como el barro.
Amorfo, sin forma,
ni duro, ni blando.
Bebible del caño,
ni duro, ni blando,
es mi desencanto.
32. LAS CARAS DE LA FUENTE
Tiene la fuente unas caras
que se difuminan dentro
y se esconden vergonzosas
si introducimos los dedos.
La tibia y lejana fuente
se diluye en los silencios.
Las exasperantes máscaras
que taponan el pensamiento
se cayeron por sí solas
descubriéndonos los templos,
donde mueren los que viven
y donde habita el recuerdo
de un pasado que no existe
y un mañana que es eterno.
Cerradas evoluciones
amanecen en este invierno
y cual garrafillas guardan
un existencial sincero,
que derramado fecunda
la sangre de muchos sueños.
La fuente se funde sola
en cuerdas de guitarrero,
que vibra cuando es tocada,
amaneciendo en secretos.
33. INSOMNIO
Estuve despierto toda
la noche pasada. Velas
que ocupan mis largas horas
de espera y sentimientos.
Caminar y abrir los ojos.
Contar los granos del techo.
Escribir sobre las gotas
invisibles que machacan
la azotea y nuevas notas
de melodías de un canto
que no se comprende acaso.
Estuve despierto. Un día
más recuperaré misterios.
En la azotea llovía.
34. LA CANSERA
Me ofrecieron un vaso
de agua
cuando estaba sediento.
Agua para mi sed.
Para todas mis ganas.
Fueron buenos.
Mi sed era un rastro de brisa
indemne al agua.
Mi cansera no era agua,
era permanencia ostentosa
agua ?ntable.
35. PUERTAS CERRADAS
Hoy llueven tempestades
sobre mi alma desierta.
Formo torres de agua fría
para cobijarme en ellas.
Que no quiero sentir nada.
¡Dejad cerrada la puerta!
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