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06. BARROTES DEL ALBA (2)
© Enrique Alcalá Ortiz
126
Buenos días, primavera,
no tienes porqué decirme
lo que tu misterio encierra.
127
Del cielo caen dineros.
Será verdad lo que dicen,
pero yo sólo agua veo.
128
Todo tiene su porqué.
Cuando lloraba, contento;
cuando contento, lloré.
129
Me puse como una cuba
porque me bebí las lágrimas
que no me dieron la cura.
130
Tanto pensar en la vida.
Cuando se acaba comprendes
que es sólo para vivirla.
131
¡Tanto pensar que los vientos
nos traerán la fortuna
que no busca el pensamiento!
132
La norma, la ley, el camino,
todos hacen que seamos
sombra de nosotros mismos.
133
Que cuando espero, no espero
a alguien que llame a mi puerta,
sólo mi espera deseo.
134
Cuesta un ojo de la cara
estar siempre preguntando:
¿qué hay detrás de la montaña?
135
Voy que echo chispas, que ardo,
porque me quema la sangre
de ver lo poco que valgo.
136
Yo voy que enciendo los aires,
porque muchísimas veces
sólo es necesario el traje.
137
Todo mi atraso consiste
en no tener instrumentos
que me digan lo que existe.
138
En mis refriegas me escondo
que mi identidad es toda
sin pizca de protocolo.
139
Como en pasado y presente
seré una estatua de mármol
cuando ese futuro llegue.
140
Porque nunca lo sabremos:
la senda se abre y ofrece
para que de ella pasemos.
141
He de aprender en los textos
aquello que sólo saben
los que tienen el dinero.
142
Que no me entiendo ni yo.
A veces quiero explicarme
lo que dentro se quedó.
143
No me conformé con nada.
Todo para mí era poco,
incluso mi gran desgana.
144
Esperando consolarme
me fugué a los interiores,
dentro de mis soledades.
145
Puse en escudo de sangre
lo poco que me quedaba
de mis secos ideales.
146
Es muy significativo
estar asistiendo siempre
a unos actos que no vivo.
147
Me retiré muy apartado,
en mis soledades solas,
de la fila, al otro lado.
148
Sucesos que sucedieron
dentro de mi suceder:
fueron ellos sucediendo.
Dentro de mi suceder
de continuado suceso
que sucede sin ceder.
149
Prueba documental
hay en el archivo
que guardo en el cajón
muy escondido.
Para probar
que tengo muchas ganas
de no pensar.
150
Estaba indeciso en el cruce,
mi pensamiento me empujaba
hacia un laberinto de nubes.
151
Expresión que me sostiene,
palabra que me da vida:
pensamiento eternamente.
152 Hice mis serios propósitos
de no pensar nunca más
en los sueños de los otros.
153
Ubicada dentro y fuera,
al no tener sitio suyo
esta constante polémica.
154
Citando me dé, dormiré.
El ocaso llega, a veces,
cuando más lejos se ve.
155
Se calcinaron mis restos.
Puestos al calor del sol
se descarnaron en huesos.
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