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02. BARROTES SOLITARIOS (1)
© Enrique Alcalá Ortiz
1
Con mi instrumento cantando
las coplas que yo aprendí
cuando me estaban criando.
2
Con el lenguaje del pueblo,
hablar de cosas sencillas,
profundas al mismo tiempo.
3
Me visto con mi uniforme:
por chaqueta una pregunta,
y un punto de pantalones.
4
Me procuré un abanico
para tomar aire fresco
sin moverme de mi sitio.
5
Y mis datos personales:
abrir los ojos y ver
lo mismo en todas las partes.
6
De la gloria al purgatorio,
del purgatorio al infierno:
que quiero probarlo todo.
7
Entonces quedaré libre:
cuando los hechos de ahora
en las escuelas se estudien.
8
Fue entonces cuando salí
buscándome por la calle
corriendo detrás de mí.
9
Me perdí el acontecimiento
de ver como los humanos
recobran el sentimiento.
10
Mi propia sinceridad
aparece cuando escribo
de lo que suelo pensar.
11
Vivo en las zonas rurales
de estos hombres andaluces
que sudan en los trigales.
12
Pensemos bien en mi caso:
andar de un lado a otro
y tener los pies cansados.
13
Siempre me escondo en las tapias
que me encuentro en las calles
para tapar mi desgracia.
14
A volar por esos vientos
sin tener un rumbo fijo
y nada en el pensamiento.
15
No puedo ir con estos pies,
que son para andar de frente
y no son para volver.
16
Toda mi doctrina es ésta:
andar mirando la vía
aunque se encuentre desierta.
17
Con mi nivel de discurso
los párpados se me cierran,
pero yo abrirlos procuro.
18
Ríos de tinta gasté
para explicar lo que siento
y no puedo comprender.
19
No he caído en la cuenta
que mis narices las tengo
para darme con las puertas.
20
Baste recordar de nuevo
que si pensamos sólo es
para que durmamos luego.
21
Yo quiero dejar muy claro
que mis normas son siempre
reflejo de lo encerrado.
22
Me hacen pensar las palabras
que los que tenemos pocas
no se nos escucha nada.
23
Mi relatividad nace
cuando elaboro las cosas
que del interior me salen.
24
Sostenido en mi inocencia
todo me fueron quitando
hasta mi propia conciencia.
25
Quise saber lo que había
en lo profundo del tajo,
mas se me perdió la vista.
26
Estos forman mis tesoros:
abrirlos ojos y ver
sin importarme los otros.
27
Me desarrollé pensando
que cuando fuera mayor
se me oiría mi canto.
28
En mi interior lo contento:
¿cuándo podría hacer algo?,
pero yo no paso de esto.
29
Una vuelta para atrás
me parece que yo doy
cuando empiezo a caminar.
30
No hay nada nuevo en mi canto.
Desde que el hombre se piensa
todo es un disco rayado.
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