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AL PUEBLO DE PRIEGO (y otros poemas)
Varios poemas del sacerdote prieguense José Serrano Aguilera, tomados de su libro "Hacia Dios".
JOSÉ SERRANO AGUILERA
AL PUEBLO DE PRIEGO
Lo que siento
Al culto pueblo de Priego,
que es el que me vio nacer,
vengo hoy por acceder
a un cordialísimo ruego,
al que debo obedecer.
De las peñas escarpadas
de un pueblo que está a mi cargo
llegué a estas bellas moradas
por un camino muy largo
de muy diversas pisadas.
Y al hallarme en un lugar
para mí tan encumbrado,
estoy con gusto y agrado
que debo exteriorizar,
pues estoy a vuestro lado.
Pero, al pensar que aquí estáis
los ojos puestos en mí,
que fervientes me escucháis
y cosa buena esperáis,
creo que la fama perdí.
Porque no puedo traer
del peñón donde yo moro
ningún precioso tesoro
de la ciencia del saber,
ni de las Musas el coro.
(Perdido en la agreste altura
buscando los pecadores
perdí la literatura
y nada sé de primores.
Mi voz es agria y oscura).
Por eso en esta velada
de poetas laureados,
de oradores señalados
de justa fama ganada
y de artistas inspirados,
no sé que he de decir,
que es mucho lo que quisiera,
pero no lo puedo urdir.
El tiempo corre y no espera
y era preciso venir.
Aquí, pues, ya me tenéis
ansioso de complacer.
Grandes cosas no esperéis,
mas algo os he de leer.
Mucho es lo que merecéis.
Perdonad mi atrevimiento
porque ya no sé cantar.
Lanzo mi voz por el viento
y así comienzo a expresar
lo que dentro de mí siento.
Siento gusto y alegría,
siento más bella poesía,
siento amor y gratitud,
en el pueblo donde mora
la dulcísima Señora,
la Virgen de la Salud.
Porque es bueno, porque es sano,
porque aquí está como hermano
el que llega a su confín,
porque tiene cosas bellas
y purísimas doncellas
son candor de serafín.
Porque tiene nobles hijos
en el bien sus ojos fijos
y de noble corazón,
porque sigue las pisadas
de sus padres heredadas
y su noble orgullo son.
Porque tiene un suelo ameno
de belleza siempre lleno
y hermosuras sin igual,
porque tiene la poesía
y el honor y la hidalguía
como prenda natural.
Porque tiene grande historia
de inmortal y eterna gloria,
porque bueno siempre fue,
porque aquí nunca arraigaron
las semillas que sembraron
enemigos de su fe.
Porque tiene madres buenas
de virtudes siempre llenas
y de hondísima piedad,
que a sus hijos educaron
en la f e que les legaron
patrimonio de verdad.
Porque reza, porque canta
porque estudia y adelanta
y ansía tener instrucción,
porque crece y se mejora,
porque llora cuando llora
con sin par resignación.
Porque tiene un Padre amado
que por él fuera azotado
y llevó a un monte la cruz,
porque tiene un gran tesoro
estimable más que el oro,
que es su amor al buen Jesús.
Porque es noble, porque es bueno,
porque es bello, honrado, ameno,
porque es franco y es formal,
es trabajador y activo,
justo, fiel, caritativo,
cristiano, alegre y leal.
Porque sí, porque es mi patria;
yo la estimo, yo la adoro,
yo la llevo cual tesoro,
que en el alma germinó
la f e por doquiera
y no encuentro en la ancha esfera
pueblo como el mío, no.
Si algún día en mi conciencia
la Divina Providencia
me llevase lejos de él
yo jamás lo olvidarla,
siempre, siempre le amaría,
siempre yo le fuera fiel.
Y muy lejos de sus lares
entonara sus cantares
con gratísima emoción
y entonara con cariño
lo que aquí aprendí de niño
y educó mi corazón.
Madre santa, madre amada,
tú estás en la morada
de la Eterna Beatitud,
tú que gozas en el cielo,
porque siempre en este suelo
practicaste la virtud.
Oye a un hijo agradecido,
que te alaba arrepentido,
porque te hizo bien sufrir
y agradece tus cuidados
y los frutos que sembrados
en él dejaste morir.
Patria, patria, no abandones
el honor de tus blasones,
la pureza de tu fe,
porque digan los mortales
cuando estudien sus anales:
"Como antes siempre fue".
LAS CAMPANAS DE SAN FRANCISCO
¿Qué le pasa a la campana
del amado San Francisco,
que no toca como debe
y es un pizco
de cortillo cada toque,
y aunque pruebe
a tocarla sea quien sea,
no voltea,
ni le toman el emboque
y el toque sale tan feo
sin sonar aquel teo, teo,
que tocaba Felipillo,
el que parecía tontillo,
y un chiquillo
y que tan bien la tocaba
que es que hablaba
en sus manos la campana
y se oía
en muy grande lejanía:
en la Dehesa de la Villa,
camino de Almedinilla,
y otros puntos,
y aunque tocase a difuntos
penetraba,
y bordada se quedaba
en los aires la armonía
y hasta la gente venía
más ligera parecía
y con mayor alegría?
Hermandades:
Si la cuerda o la madera,
la garrucha o lo que quiera
están rotas, non fullades,
remediar lo que pudiérades
que valientes habéis sido
en el tiempo transcurrido
y seréis en el mañana,
porque suene la campana
con su natural sonido.
PRIEGO DE CORDOBA
Se asienta Priego al pie de una montaña
cuyo nombre Tiñosa siempre ha sido.
Grandiosas moles de la antigua España
brotan de sí como de blanco nido;
sus torres y castillos que la saña
del viento desafían embravecido,
recuerdo son de nobles y valientes,
que admiran a sus buenos descendientes.
Está de alegres huertas rodeado
que aspecto encantador le dan y ofrecen;
de lindos edificios adornado,
que al sabio artista admiran y envanecen;
en su cielo sereno y despejado
jamás los aquilones se enfurecen;
que es la tierra feliz de la poesía
y en ella todo es bien, paz y alegría.
Floridas sierras donde el alba asoma,
y agrestes picos donde el sol se muere;
la vega al Norte con su hermosa loma
y al sur la mole que las nubes hiere;
y dando a todo vida y rico aroma,
regatos mil que observará el que fuere,
manantiales, fuentes cristalinas,
y ríos de abundantísimas salinas.
Mesetas, montecillos y cañadas,
declives, peñascales y llanuras,
campiña, sierra, huertas, hondonadas,
terrenos de labor y de espesuras,
hermosas fincas de recreo, majadas...
hay todo en esta tierra de hermosuras;
lo mismo crece la gentil palmera,
que la gigante encina o fría noguera.
Y en medio de este cuadro misterioso,
encerrado en un marco de montañas,
se asienta Priego en su meseta airoso,
cual rey que ejecutó nobles hazañas;
y cual hijas a padre bondadoso
rodéanle aldeítas y cabañas,
que le rinden su néctar abundante,
sus aves y su fruto exuberante.
El monte del Calvario lo corona
con sus cruces, sus lirios y su ermita
donde la Virgen reina por Patrona
que al alma ampara y sus pesares quita;
donde el Jesús la bendición nos dona,
al pueblo entero que a sus pies se agita
dando sus campos frutos por encanto
con esta bendición del Viernes Santo.
A este monte del Gólgota sagrado
sube el pueblo siguiendo al Nazareno;
y por amor al Dios crucificado
lleno de oprobios, de trabajo lleno,
llevan muchos con fe y pie descalzado
sin temor a lo bravo del terreno
sobre sus hombros cruces muy pesadas
de durísimos leños fabricadas.
A sus pies está el nido caprichoso
de la Cubé que forman piedras duras,
hechas encaje y laberinto hermoso
de filigranas y otras mil figuras
admirable recinto y portentoso
de columnas, arañas y molduras;
templo que alaba del Creador el nombre
pues no intervino en él mano del hombre.
Y tanta huerta y hermosura tanta
se ven desde el adarve de sus muros;
la vega llena de árboles y plantas,
los altos montes de guijarros duros,
los caminos que ostentan cruces santas,
el agua limpia de remansos puros,
las torres por los moros levantadas
y en los montes más altos colocadas.
Allí nacen las aguas abundantes
a los pies de la Virgen Soberana,
que por caños y ríos serpenteantes
llega a las casas cristalina y sana.
Los hijos de mi pueblo tan amantes
a la noche, a la tarde, a la mañana,
se descubren y rezan a María
delante de su fuente todo el día.
Y porque tenga el rey también su gloria
y honor le dé mi pueblo tan sincero,
otra fuente erigióle en su memoria
que es el orgullo de mi pueblo entero,
ese timbre añadió sobre su historia.
De la fuente se admira el extranjero
viendo sus ciento y treinta y cuatro caños.
A la sombra sentado en los escaños
el dios Neptuno de tridente armado
en su carroza acuática camina,
y Anfitrite su cuerpo rodeado
de gigantesca sierpe atroz, marina,
que el liquido cristal arroja airado
hasta las copas donde el ave trina,
arrastrado, entre cuatro saltadores,
el carro, dos caballos nadadores.
Se encuentra a la cabeza de la fuente
el león que furioso allí pelea
con la escamosa y la feroz serpiente
de cuya boca un gran raudal chorrea;
dos cascadas dividen la corriente;
y porque todo artístico allí sea,
el gran monstruo de fauces insaciables
traga tanto caudal de aguas potables.
¿Qué diré de su Adarve portentoso,
balcón capaz de cuatro mil vivientes?
¿De su alcazaba, do luchó furioso
el bravo moro con cristianas gentes?
Cuatro veces triunfó e ignominioso
cuatro veces ganáronle valientes
El Santo, Alfonso onceno, brava fiera
Gómez Suárez, Fernando el de Antequera.
Sus templos joyas son de arte preciadas,
sus imágenes son de Alonso Cano,
sus calles a los santos dedicadas,
sus cálices de oro mejicano,
sus caminos con cruces enclavadas,
sus casas con Jesús por Soberano;
todo respira allí fe y cristianismo
que el soplo no llegó del socialismo.
La fe en Jesús el Nazareno amado
arraigada en los pechos allí existe
y es el Patrón, el Padre idolatrado
que de frutos sus campos siempre viste
nunca jamás el pueblo le ha invocado
en contagio, desgracia o suerte triste,
que no le haya Jesús favorecido,
y aliviado el dolor del desvalido.
Allí van los Hermanos de la Aurora
alabando a la Virgen sin mancilla,
y de la noche en la más alta hora
cuando la estrella titilando brilla,
rompe el aire la música sonora
que al alma encanta y suena a maravilla
y a los cielos se eleva la armonía
cantando las grandezas de María.
Así mi patria tan sencilla vive
y ojalá que por siempre así viviera
así su historia sola allí se escribe,
separada doquier de Europa entera,
así sus glorias a su nombre adscribe
y aumenta el resplandor de su bandera
así pueblo tan cristiano,
trabajador, honrado, fuerte y sano.
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Escogido rincón de Andalucía
vergel ameno de belleza tanta
patria de la honradez y la hidalguía
patria también del bardo que te canta
yo te saludo con el alma mía
en ti de Dios se ve la huella santa
y dichoso el que gozó de tu cariño
y el manto de Jesús besó de niño.
Patria del alma, mi edenial encanto
que en ti encierras tesoros de poesía
que tienes patriotismo y amor santo
que en ti reina la gracia y la alegría
ya que estamos tus hijos bajo el manto
de Jesús y su Madre noche y día
yo quiero que cual antes siempre creas
para decirte así: BENDITA SEAS.
RECUERDOS DE ANTAÑO
Ayer por la tarde
estuve en el campo,
en la casería
frente del Calvario,
allí en Las Galanas,
que a tó el pueblo lo tienen debajo.
Allí no hay cerezos,
allí no hay manzanos,
ni albaricoques,
ni güenos membrillos, ni ciruelos tampoco ú duraznos.
Y no hay hortalizas,
ni arroyos regando,
ni albercas, ni fuentes,
que tó es de secano.
Na más que olivares,
na más que polvazo,
na más que zumaque,
gatunas pinchando,
albarrás, grameales, jerrizas...
y un pujar de trigo,
que lo están segando.
Pero me paece
que aunque el sitio sea feo y de secano
es un sitio fresco
y bien ventilao,
un sitio mu hermoso,
porque está algo alto
y tiene unas vistas,
que ni el Perineo,
ni otros más mentaos.
Se ve La Tiñosa,
sus picos, sus tajos,
la sierra Albayate,
la e Leones, Azores y Campos,
La Jesa e la Villa,
el río Salao,
la Vega, sus güertas
la Torre, Los Praos...
Tuitico se ivisa
dende allí e lo alto,
que una vista má güena que aquella
hay en pocos laos.
Pero naica de esto
me llamó la atención al mirallo,
que sólo, solico
me llamó la atención un muchacho,
que en un silloncico
estaba tumbao,
durmiendo a la larga
con su cara de risa y la mano
puesta en la mejilla,
que paecía meramente un peazo
de nieve, que a rosas
se hubiera juntao.
¡Qué pelo tan rubio!
¡Qué cutis tan branco!
¡Y qué saluabre!
¡Y qué colorao!
¡Y cuidiao que es probe,
que ni jatealo
puee su mae siquiera,
ni comer cosa güena un bocao!
¡Cuidiao que es cosa
que pide pensalo!...
Y los señoricos
con tantos cuidiaos
están cuasi siempre
cuasi siempre malos,
buscando boticas
y siempre ocupaos
con las melecinas,
al meico llamando
u diendo mu lejos
por ahí a los baños
¡Vamos, si eso es cosa
que pide pensalo!...
Yo igo que eso
sólo es Dios el que puee gobernallo.
Yo igo que eso
es la cruz que tó el mundo llevamos.
Que a los probes, que no tienen ná
les da Dios salú,
pa que puean ganallo,
y a los ricos, que tienen de to,
les da enfermeaes,
pa que sufran algo.
PRIEGO Y SUS AMORES
Tiene Priego bellezas naturales,
que en su recinto Dios ha derramado,
y de sus buenos padres ha heredado
la Fe y valores espirituales.
Con amor y constancia siempre iguales
la rica herencia el pueblo ha conservado,
y su timbre de gloria más preciado
es de la Iglesia ser hijos leales.
Mas esta prez y gloria no tendría
y su carácter y valor perdiera
lo mismo que su historia perdería,
(y entonces Priego terminado fuera),
si no amase a su Madre, que es MARÍA,
y por Padre a JESÚS ya no tuviera.
CHACHA, ¿VAMOS A ANDAR EL VÍA-CRUCIS?
Yo las vi aquella tarde subiendo
la cuesta pesada
de aquel monte bendito do extiende
la Cruz sacrosanta
sus brazos que llenan
de dulzura de amor y esperanza.
Yo las vi meditando amarguras,
recordando en el fondo del alma
crueles tormentos
del Dios-Hombre que allí se inmolara
yo las vi meditando las cruces
rezar la Vía-Sacra.
Abajo en el pueblo
la gente gritaba
vendiendo garbanzos
vendiendo avellanas,
cambiando guiñapos
por hoja de lata,
riñendo al muchacho,
llamando a la Juana
y sumida en sus tratos de siempre
y en su siempre constante algazara.
La tarde era fresca
y allá en lontananza
las nubes de oro
y el cielo de plata,
la lista ondulante
de la alta montaña,
la cinta del río,
la vega alfombrada,
el trino ligero
del ave que pasa,
la brisa olorosa
con tomillo y con mies perfumada,
una triste dulzura infundían
y un secreto decían al alma,
que pensando yo así me estuviera,
pensando y mirando,
la vista elevada
mirando hacia el Cielo,
pensando en mi Patria...
Yo las vi aquella tarde subiendo
la cuesta pesada,
meditando crueles tormentos
allí en la Vía-Sacra:
abajo en el valle
el pueblo gritaba
y yo dije dichosas mil veces
dichosas las almas,
que del mundo perverso se abstraen,
que del mundo no quieren las gracias,
dichoso aquel grupo
que rezando allí va la Vía-Sacra.
MI TIERRA DE PRIEGO
¿Cómo no han de ser poetas
si es tierra privilegiada
la que habitan mis hermanos
en los campos de mi patria?
¿Cómo no han de ser poetas
si allí para serlo basta
vivir con sus habitantes
observar sus panoramas?
La riqueza de sus vegas,
la abundancia de sus aguas,
lo profundo de sus valles,
la altura de sus montañas,
lo imponente de sus sierras
con sus tajos, sus cañadas,
sus vergeles naturales,
sus mesetas y recachas,
lo florido de sus huertas,
arboledas y enramadas,
tienen tanto de poesía,
tienen hermosuras tantas
que parece un paraíso
la extensión de su comarca.
Cada palmo de terreno
brinda perspectivas varias.
Ya mesetas, ya declives,
ya cerrillos, ya cañadas,
ya montículos, ya lomas,
ya nacimientos de aguas,
ya bravíos peñascales,
ya praderas alfombradas,
ya tierras de regadío,
ya sierras hoscas y bravas.
Y entre tantas variedades
una infinidad de plantas,
desde el tomillo oloroso
a la encina centenaria,
desde la humilde violeta
que allí nace sin sembrarla
a la noguera sombría
de enormes y extensas ramas,
los tejidos de los prados
como ricas filigranas,
las coronas de los montes
por la nieve blanqueadas
escondidas en el vientre
de las gruesas nubes pardas.
No es posible, patria mía,
expresar belleza tanta.
Yo la siento y no la puedo
describir con la palabra.
En la fresca mañanita,
cuando apunta la alborada
y me subo por tus sierras
para ver los panoramas,
y a mis pies tengo Ias nubes
y los pueblos como charcas
donde habitan los mortales
encerrados en sus jaulas
y ensancha mis pulmones
del romero la fragancia,
y mi música es el trino
que al levantarse desgrana
en los aires la vegeta
el jilguero cuando pasa,
el silbido de la mirla
que se esconde entre las zarzas,
el graznido de los buitres
que a la altura se levantan
y que surcan los espacios
como el mar surca una barca,
y los abaten y cortan
con los remos de sus alas;
cuando alegran mis oídos
y su música regala
el balar de los corderos,
el chasquido de las ramas
que al rumor acompasado
de los golpes de las hachas
en la limpia de los montes
las derriban y desgajan,
el mugir de los ganados,
el vibrar de la campana
que con eco muy lejano
toca la oración del alba,
el rumor de las esquilas,
el cencerro de las vacas,
o el cantar de tus pastores
que ya tus montes escalan;
y me abismo en el silencio
de tus cumbres empinadas
y despunto los romeros,
y resbalo en la chinarra,
y me abismo en las visiones
que se ofrecen a mis plantas.
Yo lo digo: no hay un gozo
que me llegue más al alma;
yo me siento en ti poeta
yo me siento en ti con ganas
de cantar todo lo bello
que el Creador en ti encerrara.
Yo me explico entonces
como tantos poetas te guardas
en el seno de tus montes
o detrás de tus manadas.
Yo me explico entonces
como son alegres camaradas
y optimistas y risueños
los que pueblan tus comarcas.
Yo me explico como ríen.
Yo me explico como cantan.
¿Cómo no han de ser poetas
los que habitan en mi patria
si les entra por los ojos
y lo llevan en la entraña?
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