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23. ASPECTOS GENERALES DEL MOVIMIENTO COFRADIERO PRIEGUENSE
Estadística básica de la creación de cofradías y hermandades.
© Enrique Alcalá Ortiz
Estas oleadas de calamidades, junto con las sequías, producían en el pueblo un sentimiento de culpabilidad, acorde con la mentalidad de la época, al que había que redimir realizando cultos diversos, misas, procesiones y novenas para conseguir el perdón de los pecados. Todos estos cultos fueron incentivados por los numerosos clérigos entonces existentes, a los que se sumaban las diferentes órdenes religiosas establecidas en la localidad. Ante panorama tan desolador, donde ser pobre era la norma, y por lo tanto desprovisto de los suficientes medios para aliviarse en caso de grave enfermedad o, ya muerto, para que sus familiares pudieran hacerle un buen entierro, pródigo en novenas y misas, aparecieron un buen número de hermandades de rogativa con objetivos claros. Por una parte, pedir perdón por los pecados cometidos, calmar al buen Dios para que los aliviara de pestes y otras calamidades, ayudar a los hermanos enfermos, hacerle un entierro en consonancia con la mentalidad de la época y, por otra, hacer que le rezasen muchas misas para condonar las penas de sus pecados.
El siguiente cuadro nos muestra la evolución de las más importantes cofradías y hermandades aparecidas durante este período pestilente:
ALGUNAS COFRADÍAS Y HERMANDADES FUNDADAS
EN PRIEGO DURANTE EL PERÍODO
DE EPIDEMIAS DE LA PESTE
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DENOMINACIÓN |
FECHA DE
FUNDACIÓN |
DATOS DE INTERÉS |
Cofradía de la ?Santa Vera Crux? |
1550 |
Abad VII, Juan de Ávila. Sede: convento de San Francisco. |
Cofradía de las ?Ánimas? |
1592-1597 |
Abad X. Maximiliano de Austria. |
Cofradía del ?Nazareno? |
1593 |
Abad X. Maximiliano de Austria. Sede: convento de San Francisco. |
Cofradía de ?Nuestra Señora de la Soledad? |
1594 |
Abad X, Maximiliano de Austria. Sede: convento de San Pedro. |
Cofradía de ?Nuestra Señora de la Consolación? |
1621-1631 |
Abad XIII, Pedro de Moya y Arjona. Sede: convento de San Francisco. |
Hermandad de la ?Caridad? |
1632 |
Posible abad el XV, Álvaro de Toledo o el XVI Antonio de Sotomayor. Sede: Ermita de San José. |
Hermandad de ?Nuestra Señora de las Angustias? |
1670 |
Abad XX, Alonso de San Martín. |
Hermandad de ?Jesús Nazareno? |
1672 |
Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: convento de San Francisco. |
Hermandad de ?Jesús de la Columna? |
1673 |
Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: convento de San Francisco. |
Hermandad de ?Nuestra Señora de la Soledad? |
1684 |
Abad XX, Alonso Antonio de San Martín. Sede: Convento de San Pedro |
Hermandad de ?Nuestra Señora de los Dolores? |
1689 |
Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: iglesia de Santiago. |
Hermandad de las ?Benditas Ánimas del Purgatorio? |
1689 |
Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: iglesia de Santiago. |
Hermandad ?Nuestra Señora del Buen Suceso? |
1689 |
Abad XXI, Pedro de Toledo Osorio. Sede: convento de San Francisco. |
Se unen las hermandades de ?Nuestra Señora de las Mercedes? y la del ?Rosario? |
1707 |
Abad XXIII, Diego Castell Ros de Medrano. Sede: iglesia de San Antonio Abad (Mercedes.) |
Como observamos en el cuadro, durante todo el período de cien años, después de cada una de las tres plagas, se producen fundaciones de cofradías o hermandades. En primer lugar marcha en solitario la cofradía de la Santísima Vera Cruz que por aparecer en 1550 se aparta del círculo de muerte dentro del cual se va a enmarcar la aparición de todas las demás y probablemente también estará fuera del círculo la hermandad de la Virgen de la Cabeza.
Inmediatamente después de la primera epidemia, se funda la cofradía de las Ánimas y del Nazareno (1593) con sede en el convento de San Francisco a la que sigue la de la Soledad (1594) como réplica de los otros franciscanos descalzos con sede en San Pedro. Varias décadas más tarde, y todavía antes de aparecer de nuevo el azote pestilente se crean las cofradías de Nuestra Señora de la Consolación (1631) y la Hermandad de la Caridad (1632) con nombres muy expresivos, acordes con las desgracias que se sufren.
Dieciocho años después de la segunda epidemia se funda la hermandad de las Angustias (1670) a la que dos años más tarde sigue la del Nazareno (1672) y la de la Columna (1673), estás dos últimas con sede y titulares donde ya existían sendas cofradías por lo que sus objetivos y características tendrían que ser muy diferentes a las de sus homólogas ya existentes. La misma característica de estas dos últimas tiene la hermandad de la Soledad (1684) erigida en el mismo año de la terminación de la tercera epidemia. Ya repuestos del azote y desolación que se creó con la extinción de la última epidemia en la que murieron tres centenares y medio de prieguenses aparecen en el mismo año ?1689- tres hermandades la de los Dolores y Benditas Ánimas del Purgatorio con sede en la desaparecida iglesia de Santiago y la del Buen Suceso con sede en el convento de San Francisco.
Con la modernización llevada a cabo en las llamadas cofradías de flagelantes en la segunda mitad del XVIII se intenta eliminar de los pueblos el espectáculo sangrante que representaban las llamadas de sangre, que hacían su estación de penitencia azotándose en público.
La invasión francesa y su consiguiente período de gobierno va a representar una buena sacudida para el devenir histórico de estas instituciones populares que se agudiza con el proceso de desamortización, con la exclaustración de los órdenes religiosas, pero como contrate representó una liberalización en la toma de decisiones en los órganos directivos al entrar en estos cada vez más seglares que en la segunda mitad del siglo en Priego inician una carrera
para ver cual era la que traía al mejor predicador, construía el manto más rico, la más costeada cruz, las mejores andas, (antes no se decían tronos), las mejores bandas de música, o el mejor espectáculo de fuegos artificiales. En este siglo XIX, no obstante la desaparición de algunas hermandades y cofradías, se instituye la Hermandad del Corazón de Jesús, colocando en la capilla de la Soledad su sede. El abad de Alcalá la Real concedió 40 días de indulgencia a todos los fieles que se dieran de alta y otros 40 cada vez que practicasen un acto concerniente a ella.
El siglo XX va a representar, con sus naturales altibajos, una época donde las cofradías y hermandades va a tomar un esplendor inusitado y espectacular, sobre todo en las tres últimas décadas de este período. En la segunda década aparece la Hermandad de Belén, cuando se agrupan un grupo de hortelanos de, barrio y compran la imagen por tierras catalanas. Por los años treinta se instituye la Cofradía de los Dolores, con sede en el Calvario, como una escisión de cofrades procedentes de la Soledad, porque esta cofradía no había consentido que crearan otra alrededor de la imagen del Cristo yacente.
La segunda mitad de este siglo nos muestra un contraste muy acusado: primero, una época de decadencia, luego un renacimiento y esplendor de este tipo de instituciones como ya hemos reseñado en el capítulo segundo de este trabajo.
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