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27. DE SARASAS
Coplas referentes a homosexuales, pupilas, matrimonio, suegras y el eterno femenino.
© Enrique Alcalá Ortiz
Las anécdotas de maricas son buen motivo de mofa y guasa que sirven para producir la risa y la carcajada del auditorio.
Los casos están aquí relacionados con la autoridad que reprime los sucesos. Se persiguen porque la manifestación pública de la homosexualidad estaba prohibida. La moral reinante no admitía este tipo de relaciones amorosas.
Hace tiempo que suena
que el correo iban a robar,
al callejón de la Joya
la guardia se fue a acechar.
Pero una noche
que la pareja
allí se encontraba
vieron dos bultos
que en un rincón
se meneaban.
Ellos creyeron
que eran ladrones
al sorprenderlos vieron
que eran dos? tralaráaaa.
Al otro día el sargento
al cuartel me los citó
le preguntó qué hacían
tan tarde en el callejón.
Ellos contaron lo que quisieron,
pero el sargento
viendo que todo era mentira
los metió presos.
Entonces uno
que hacía de novia
les dijo que estaban
dando memorias.
De pupilas
Estas eran, si no legalmente permitidas, si aceptadas por la sociedad ?machista? en la que se desarrollan. Un signo que había que usar, si el dinero lo permitía.
Durante todo el siglo hubo casas de recreo en diferentes lugares: Adarves, San Marcos, Tercia, Puerta Granada. La última estuvo en el Carnero, donde originariamente existía una fábrica de mocasines. Y llevaba un título ?de cuyo nombre no quiero acordarme?. Pero que me acuerdo perfectamente. Se llamaba La Venta el Nabo. Bastante expresivo, por cierto.
Señores, hay un barrio en Priego
que el Barrio Chino lo llaman,
que en llegando la ocasión
todo son saldos y gangas.
Aquello es un baratillo,
un barato de mujeres,
que por poco dinero
te hartas de lo que quieres.
Vaya barrio, vaya barrio chino;
vaya barrio, vaya cosa seria,
hay una mujer que tiene a su marido
convertido en una cierva.
El eterno femenino
Un grupo abultado, por supuesto, forman aquellas canciones que nos hablan de chicas, chicos, amores, deseos y aventuras. La mayoría de los apartados, estamos viendo, que de una forma u otra, están impregnados de este tema universal y cotidiano.
Conocemos a una niña
que hace muy buenas obras
y la niña era muy seca
y se está poniendo gorda.
Como no quería
que se enterara nadie
todas las noches salía
de paseo con su madre.
Y dentro de pocos meses
le veréis el resultao:
si lo quiere que lo críe,
si no que lo dé prestao.
?
Una niña muy bonita
le decía a su mamá:
?Yo quiero que usted me ponga
la luz electricidad?.
El novio que no era tonto,
era un pillo granujilla,
lo primero que le encarga
que no toque la bombilla.
La niña no hizo caso
y a la bombilla tocó,
toda la electricidad
por el cuerpo se le entró.
Matrimonio y suegras
No ocupa un gran tratamiento este apartado. Nos quiere poner de manifiesto aquella frase que dice: el matrimonio es sagrado. Las pocas coplas que tenemos catalogadas tratan de engaños. Engaños por parte de la mujer. Es ella la que tiene un romance y por eso se recoge en la copla. Los engaños de los hombres no se consideran verdaderamente fuera de la línea, ya que no aparece ninguna referencia. Es la conducta reprobable de la mujer engañadora, y más, el marido ridiculizado, el objeto. Las suegras, aquí, son tan sólo un episodio aislado.
Conocemos a un señor
esos de la chola gorda
que está de administrador
haciendo la olla gorda.
Le ha venido de perilla
el decreto del divorcio,
ya buscó colocación
la carabina de Ambrosio.
?
Conocemos una niña
que se ha dado por los vales,
su marido guarda cabras
y ella gasta buenos chales,
zapatos de cinco duros
y mantones de crespón.
Su marido en la recacha
saca las cabras al sol.
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