En lo que se refiere al funcionamiento interno de la Gerencia, que ha sido muy criticado en los últimos meses, apuntó que, para que funcione bien, «hay que cumplir la ley y que ningún político pueda dar ni quitar, sino que sean los informes los que se cumplan, lo que implica que no se otorguen licencias para luego sacar votos».

Evitando problemas

De haberse cumplido estos parámetros, «se habrían evitado muchos problemas que se soportan actualmente», dijo.

Asimismo, se refirió a los trabajadores, de los que dijo que deberían de formarse más, ya que hay muchos que han entrado por ser «hijo de». No obstante, Gómez también aclaró que «hay un grupo de trabajadores muy involucrados y con ganas de trabajar».

También explicó la división que existe entre los trabajadores de la Gerencia que quieren trabajar y los que no, y, en este sentido, abundó en que algunos de ellos «me han hecho la vida imposible, transmitiendo a los ciudadanos y al resto de trabajadores que no asistía al trabajo».

Por ello, criticó el funcionamiento interno por el que se aprobaban actas de cuatro o cinco meses anteriores, lo que originaba un retraso en las certificaciones, y eso perjudicaba a los ciudadanos.

Gómez se refirió, igualmente, a los problemas que tuvo cuando entró con la secretaria de la Gerencia, que presentó la dimisión a la alcaldesa, por lo que tuvo que buscar a otra trabajadora que hiciera sus labores. «Algo que se consiguió, aunque supuso otro motivo de división entre los trabajadores».

La privatización de los servicios del agua, aprobado en el último pleno, también recibió las criticas de la ex gerente, quien dijo no entender cómo los grupos políticos no han explicado a los ciudadanos las repercusiones que eso puede tener. Según ella, supondrá que en unos años el agua pueda llegar a costar el doble que ahora.

Por último, se refirió al grupo socialista y especialmente al concejal de Infraestructuras, Javier Tarrías, al que le recriminó que nunca la hubiera defendido de los ataques de la oposición.

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