Recogida de firmas, reuniones vecinales, campañas en contra de esta actuación, distintas mociones por parte de los grupos políticos, y arduas negociaciones con el propietario del solar y promotor del inmueble, que finalmente no han fructificado, resumen la historia de un proyecto al que la Comisión Provincial de Patrimonio dio la pasada primavera el espaldarazo definitivo, informando favorablemente sobre la construcción de la polémica tercera planta. Y ello pese a que las normas subsidiarias, revisadas en el año 2001 y actualmente en vigor, prevén la edificación únicamente de dos plantas, una de ellas la situada a ras de suelo.

De ahí que desde numerosas asociaciones, colectivos ciudadanos y partidos no se entienda la condescendencia de Cultura con una actuación que dañaría notablemente la visión del Castillo de Priego, edificio catalogado como Bien de Interés Cultural y, por lo tanto, objeto de especial protección.

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