CÓRDOBA. Antonio Pareja nació el 5 de marzo de 1943 en Priego de Córdoba, un pueblo muy fecundo, durante muchos años, en vocaciones sacerdotales. Fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1967. Cursó los estudios eclesiásticos en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid; ya sacerdote, obtuvo la licenciatura en Filosofía y Letras en 1987.
Comenzó su ministerio sacerdotal como coadjutor en la parroquia de San Francisco y San Eulogio de Córdoba, y fue también profesor de Filosofía en el Seminario San Pelagio. Estuvo destinado un tiempo en las parroquias de El Salvador y La Coronada, pero la mayor parte de su sacerdocio lo ha ejercido en Córdoba capital, donde fue párroco en San Acisclo (Valdeolleros) desde 1975 a 1999, y a partir de este último año y hasta su muerte en San Juan de Ávila. En marzo de 2004 fue nombrado consiliario diocesano del Pastoral Obrera.
Además de sus obligaciones como párroco y profesor, dedicó la mayor parte de su ministerio a la Pastoral Obrera y a Cáritas, entregando sus esfuerzos apostólicos y humanos a los más desfavorecidos, lo que le hizo implicarse en la problemática del barrio a través, por ejemplo, de la Asociación de Vecinos en los tiempos más activos y reivindicativos del movimiento vecinal.
Promovió diversas iniciativas de tipo social, entre las que destaca una casa de convivencias en Trassierra, que ha quedado inconclusa, y no dudaba en colaborar incluso con su trabajo manual en los proyectos que iniciaba, lo que le valió que algunos de sus colaboradores le llamaran «Padre Gepetto» por su afición a la carpintería.
Antonio Pareja murió el pasado 3 de noviembre, y el obispo presidió su funeral unos días después en la parroquia donde desempeñó sus últimos servicios sacerdotales.
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