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MARÍA PÉREZ FUENTES
La señora que más coplas ha aportado en recopilación del Cancionero Popular de Priego
Por Enrique Alcalá Ortiz
UN EJEMPLO DE MADUREZ CREATIVA
aría Pérez Fuentes está al borde de sus primeros ochenta años que lleva de una forma saludable, aunque con unos pocos achaques propios de esos años que ya se han quedado atrás. Si bien no es prieguense de nacimiento, pues nació en. Las Grajeras (Alcalá la Real), desde los cinco años ha vivido en Priego en diferentes lugares y calles: Las Angosturas, Villa, casa del Conde, Huerta Palacio, calle Mercedes, Paseo de las Rosas y calle Alta. Casada, con un hijo, actualmente es viuda.
De su infancia recuerda a su madre como una mujer excepcional, que tuvo nueve hijos, dotada de una extraordinaria memoria y la que después de mandar celos pequeños a la cama se ponía a enseñar a leer y a firmar a todos los mayores. Ella misma fue autodidacta y maestra de sus propios hijos. No quería que le pasara lo que a su marido, soldado de la guerra de Cuba, que era analfabeto. Doña María aprendió de esta forma, no pisó pues una escuela como alumna. Lo que sabe lo aprendió de su madre en unas domiciliarias nocturnas y mal iluminadas clases.
Recitadora
Heredera de la memoria de su madre, durante siete años ha sido una recitadora constante de las coplas que aprendió de su niñez. De tal forma esto es así que durante este tiempo ha recordado más de 1.300 canciones populares. Dicho así parece que no es nada, pero parándose a pensar un poco la obra salvada de olvido es ingente. Más de nueve mil líneas de verso, son muchas líneas. Doña María con una constancia benedictina, ha ido escribiendo como ha podido cada una de los cientos de coplas que su extraordinaria memoria ha retenido durante muchos años. Priego siempre tendrá una deuda de gratitud para la que tanto ha recordado de su cultura popular. En ella se ha cumplido la copla de nuestro cancionero que dice:
Tengo mi pecho de coplas
que parece un hormiguero,
batallan unas con otras
a ver quien sale primero.
Y por si esto fuera poco, esta impregnación de versos y músicas tradicionales han sembrado en ella la semilla de la propia creación. Cuando se quedó viuda empezó a componer para llenar su tiempo libre. Nunca hasta entonces había escrito nada, ni siquiera se había dado cuenta de esa habilidad innata, la creación poética, que en otra parte hemos demostrado que se desarrolla en la tercera edad. Ella es un ejemplo paradigmático, con sus tomos de poesías compuestos en estos últimos años, de cómo es posible vivir el hecho creativo a través de la poesía y llenar de ilusiones esos momentos que para muchos están tan vacíos.
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