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47. SALID, NIÑAS, A LA PUERTA
Pregones.
© Enrique Alcalá Ortiz
El enorme desarrollo que se ha producido a partir de la segunda mitad del presente siglo, ha traído consigo un profundo cambio en la forma y modos de realizarse la venta callejera. Trabajadores manuales, que formaban parte del paisaje, hacían excelentes obras de artesanías que rozaban el campo de la pequeña obra de arte en un ofrecimiento voceado por las calles y esquinas de los pueblos. Trabajadores autónomos no sindicados. Sombrilleros, magos de las varillas rotas de los paraguas, los cuales habían soportado luengos inviernos lluviosos en sus desteñidas telas que habían convertido en pardo el negro primitivo. Leñadores, cosedores del barro quebradizo de lebrillos, fuentes, orzas, y tinajas, los cuales con su torno manual hacían diminutos agujeros paralelos donde ponían las lañas que unían las piezas rotas. Afiladores, jilgueros de la calle con su música característica y su inseparable vehículo-rueda-herramienta, y tantos y tantos otros.
Otro grupo, el más numeroso, lo formaban aquellos que llevaban su mercancía de puerta en puerta, de calle en calle, o de pueblo en pueblo. Autónomos sin sueldo fijo y sin patrón ante quien inclinarse. Los había vendedores de toda clase de viandas: garbanceros, fruteros, molleteros, corruqueros, merengueros, heladeros, queseros, meleros... Aún quedan algunos como los panaderos y lecheros. Pescadores los ha habido hasta hace poco. Y un numeroso grupo que se buscaba la vida vendiendo: arenilla para limpiar la vajilla, alhucema para quemar en el brasero de picón; moñas de jazmines para perfumar el pelo de las mozuelas; helados y polos para refrescar gargantas resecas; carboneros, de carbón de encina; y, compradores de todo lo viejo e imaginable: lana, chatarra, trapos...
1. Pregones
2732
Soy del Hoyo, soy del Hoyo,
soy de la rica Ribera
donde se trafica el oro,
la azúcar y la canela.
2733
Soy pañero y vendo paños
y cortes de pantalones
para las niñas bonitas:
de Manila, los mantones.
2734
Ya está aquí el de los corrucos
con el canastillo al lao:
salid, niñas, a la puerta
que os los doy regalaos.
2735
Y la que fuera bonita
no se le cobra dinero,
salid, niñas, a la puerta,
que se marcha el merenguero.
Corruco, dulce de harina, huevo y almendra que era vendido por la calle.
Variante de los dos primeros versos:
?A las niñas que son guapas
no se les lleva dinero?.
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