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40. LO QUE DE DIOS ESTÉ
Fatalidad.
© Enrique Alcalá Ortiz
"Lo que de Dios esté", "Así pasó porque estaba escrito", "Estaría de Dios", "Mi sino es desgraciao', son unas pocas frases demostrativas de la fatalidad imperante en el pueblo. Nuestro destino escrito anteriormente -programado diríamos hoy- se cumplirá con una puntualidad de reloj de cuarzo, si seguimos estas creencias de la predestinación y la voluntad divina que recogieran excelentes obras clásicas, religiosas como la cristiana y mahometana, diferentes escuelas filosóficas y obras teatrales españolas tan significativas como El condenado por desconfiado.
En escaso número de copletas se recoge la idea primitiva del fatalismo. En ellas se está de acuerdo con el concepto de que hay una fuerza superior -Dios, mala fortuna, fatalidad- que es la que rige el destino del hombre sin tener en cuenta su voluntad.
1. Fatalidad
2572
A mi madre le pregunto
que si me parió el martes,
porque mi mala fortuna
me sigue a todas partes.
2573
A mí me han leído el sino
y lo tengo desgraciado;
yo confío en Dios divino
que ha de ser afortunado.
2574
En el campo hay una yerba
que la llaman la marchita,
la perdición de los hombres
son las mujeres bonitas.
2575
En mi calle le ha caído
el premio gordo a don Gil;
si hubiera sido una teja,
me hubiera caído a mí.
2576
Molinillo, muele, muele,
y echa la harina a un lao,
que lo que de Dios esté,
solo se viene rodao.
2577
Una mujer fue la causa
de mi perdición primera,
no hay perdición para el hombre
que por mujeres no venga.
2440 Veces visto -
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