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24. CON TODA LA GRACIA DE DIOS (I)
Lo que Dios mande.
© Enrique Alcalá Ortiz
Desde lo alto del monte, el hisopo de agua fresca esparció diminutas gotas que cayeron copiosamente formando hilos de cristal sobre el sentido religioso del pueblo. Como se vivía en una sequía de carencias, todos con sus jarros bebieron el abundante líquido que, mezclado con su sangre, se hizo naturaleza humana. Desde ese día las gentes cambiaron el sentido de sus esperanzas y empezaron a quitarse agobios mirando hacia las nubes, ya que sus suspiros no encontraban fuentes de salud en las aguas de la tierra. La agarradera prosperó con tan abundante fertilizante y sus esporas se esparcieron, a través de los aires, por la faz de la tierra, agarrando en los lugares más insólitos, multiplicándose ferozmente y tapando con su sombra montes y llanuras.
El mundo religioso, en nuestro caso cristiano-católico, buscó su banco para reposar en las vivencias del pueblo, y una vez con fuerzas renovadas se hizo filosofía, creencias, ritos, imágenes, iglesias y santuarios. Y por qué no, también se hizo copla.
1. Dios
2293
Adiós, que no te mereces
que mis labios te saluden,
por lo mal que te has portado
le pido a Dios que te ayude.
2294
A un Santocristo de acero
le hice yo que llorara;
cuando el acero lloró:
qué será la carne humana.
2295
Cuando Dios echa la luz,
la echa para to el mundo,
y yo he perdido la mía
que era mi querer profundo.
2296
Cuando Dios hizo el erizo
lo hizo de mala gana,
por eso tiene el bichito
tan amorosa la lana.
2297
Cuando quedrá Dios del cielo
que yo te vea en la calle
y te diga: "Cucha, oye,
¿dónde pusiste la llave?
2298
De las costillas de Adán
hizo Dios a una mujer,
por eso tienen los hombres
ese hueso que roer.
2299
La otra tarde fui a la iglesia
a rezarle a Cristo un credo;
por decir, creo en Dios Padre,
dije, creo en el que quiero.
2300
A las florecillas del campo
yo le encuentro un gran valor,
no l'as cultivao el hombre
sino la gracia de Dios.
2301
No importa que sea usté palidita de color;
si para mí tiene usté
toa la gracia de Dios.
2302
No quiero rosa
ni geranio en flor,
tan sólo quiero la gracia
porque te la ha dado Dios.
2303
Olvidé a Dios por quererte,
mira que gloria perdí;
ahora he llegado a quedar
sin Dios, sin gloria y sin ti.
2304
Quien madruga Dios le ayuda
y yo me encontré un serón;
pero más madrugaría
aquél que se le perdió.
2305
Quiera Dios, quieran los cielos,
quieran los cielos y Dios,
que los ríos vengan bajos
para que pase mi amor.
2306
Subí al cielo, hablé con Dios
le dije que te quería.
Me dijo: "Que te olvidara".
Le dije: "Que no podía'.
2307
Tener una no es ninguna,
tener dos es vanidad,
tener tres y engañar a cuatro,
eso es gracia que Dios da.
2308
Todos los días me dices
que me dejas de verdad,
quisiera Dios que algún día
te perdieras de verdad.
2309
Viva tu gracia morena,
viva Dios que te la ha dado,
porque la gracia la tiene
aquél que Dios se la ha dado.
MACHADO Y ÁLVAREZ, Antonio, Cantes Flamencos, Colección Austral, Espasa Calpe, pág. 58, recoge:
¿Cuándo querrá Dios der sielo
que yo t'encuentre en la caye,
y te diga: Mira, oye,
¿dónde pusiste la yabe?
MANRIQUE, Jorge, Cancionero castellano del siglo XV, pág. 553, tiene:
Yo só el que por amaros
estó desque os conocí
sin Dios y sin vos y mí.
MACHADO... Cantes... etc., pág. 129:
?Por ti me olvidé de Dios,
por ti la gloria perdí,
y ahora me voy a quedar
sin Dios, sin gloria y sin ti?.
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