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18. ANTOLOGÍA DE PERCY. (José Madrid Mira-Perceval) (XIV)
Con las poesías: "No hay quinto malo", "A los nuevos ediles", "De Lavapiés, ¿te enteras?", "La madrastra", "Pasemos por la trampa".
© Enrique Alcalá Ortiz
NO HAY QUINTO MALO
Me dejó los mandamientos
mi buen amigo Julián
y francamente yo siento
que dejara el quinto atrás:
Así fue su pensamiento.
Se sabe que es «no matar»
porque el caso no es humano
y es un pecado mortal,
pero al pobre de su hermano
lo mataron por detrás.
Tal como reza el refrán
de «no existir quinto malo»
no es raro dejarse atrás
ese mandato tan claro
que es: El quinto no matar.
A LOS NUEVOS EDILES
Ya tomaron posesión
nuestros nuevos concejales.
Forma la Corporación
un plantel de hombres cabales
y de mucha distinción.
Tiene buenos comerciantes,
un funcionario muy serio,
dos honrados fabricantes,
uno que es del magisterio,
y un contable, (que es de antes).
Dos magníficos doctores,
un filósofo imponente
y algunos procuradores;
en fin, jamás vio la gente
unidos tantos sectores.
Hecha la presentación
con más o con menos tino,
vaya mi reclamación
que por algo soy vecino
de esta hermosa población.
Los coches y camiones
no se paran en la plaza
ni tampoco los peatones
y en la puerta de mi casa
han de estar siempre a montones.
No es que me queje de vicio
pues lo ve todo el que pasa
y resulta mal indicio:
¡¡Hoy la puerta de mi casa
es la estación de servicio!!
DE LAVAPIÉS, ¿TE ENTERAS?
Un mocetón cordobés
que se encontraba en Madrid
fue al barrio de Lavapiés
a un gran salón que hay allí
para las artistas ver.
Al terminar la función,
mi hombre cogió la acera
en busca de su pensión,
pero encontró a un tontarrera
que le pegó un achuchón.
?«¿Es que estás ciego? ¿No ves?»,
dijo en tono cariñoso.
?«¡Es que soy de Lavapiés?»,
dijo el chulillo asqueroso
haciendo burla de él.
Y lo repitió otra vez
arrugando el hociquito.
?«Es que soy de Lavapiés,
(con la boca hacíale asquito).
¿Te enteras? ¡De Lavapiés!»
El chulo era tan pequeño
que parecía una colilla;
creyóse del barrio dueño
y con el pie en la espinillo
dio a aquel hombre como un leño.
Repeliendo la agresión
este hombre, muy fornido,
le dio tan gran bofetón
que al suelo fue despedido
con cerebral conmoción.
Tranquilo toma la acera
y deja al chulo tendido
como una cosa cualquiera;
tan sólo le ha respondido
?«Soy de Córdoba, ¿te enteras?»
LA MADRASTRA
«Mad muasel» Tiñosa
que es novia de Priego
se toca orgullosa
con su blanco velo.
Quiere ser la esposa.
Ya toda de blanco
la tienes vestida,
espejo el barranco
airosa se mira
con su largo manto.
A los esponsales
a todos arrastra;
no puede ser madre,
ha de ser madrastra
de todos los males.
Los besos helados
de su alma fría
serán resfriados,
quizá pulmonía,
que son sus pecados.
No consiento. Basta.
La sangre me arde,
grita mi garganta:
!Yo quiero una madre,
y nunca una madrastra!
PASEMOS POR LA TRAMPA
A mi buen amigo y gran poeta C. V. C. parodiándole su reciente composición «Pasemos por la vida»
Pasemos por la trampa
cogidos de la mano,
pasemos por la trampa
que «vivir» es humano.
Pasemos por la trampa
con mucho cuidadito,
para no caer dentro
igual que un pajarito.
Pasemos por la trampa
que ofrece el panadero.
Pasemos por la trampa
que hicimos al tendero.
Pasemos por la trampa
con tacto y con «cuidao»,
pasemos por la trampa
que hice al del «pescao».
Que Dios con su ternura
e infinita bondad,
querrá que las «creaturas»
ya puedan trabajar
y tengan la fortuna
de comerse su pan
sin hacer trampa alguna.
Me compraré matanza;
y no estaré remiso
en llenarme la panza
de migas con chorizo.
Y haré que a mi señora,
sin temor a la gente,
«Puri la Peinaora»
le «eche» la permanente.
Me tomaré mi chato
y tendré la fortuna
de convidarla al teatro
cuando den dos por una.
¡Pero mientras llega dicha tanta tendremos que pasar por la trampa!
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