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08. RELACIÓN DE LAS COPLAS (III)
Copletas.
© Enrique Alcalá Ortiz
Copletas
1161
El sereno de mi calle
es un pícaro embustero,
que dice que está nublado
y ha amanecido lloviendo. (195/ 10)
1162
El ser pobre no es deshonra,
ni valla ningún linaje;
Jesucristo vino al mundo
pobre y sin quererlo nadie. (64/24)
1163
En el cementerio entré,
al salir me dio la una,
y vi a mi madre que estaba
en medio de dos columnas. (64/27)
1164
En el cementerio entré
con una navaja larga,
y le dije a los difuntos:
"El que sea capaz, que salga". (64/27)
1165
En el mar hay una torre,
y en la torre una ventana,
y en la ventana una niña
que a los marineros llama. (70/97)
1166
En el mar hay un pescado
que le llaman el inglés
tiene un letrero que dice:
"Viva el vino de Jerez". (196/3)
1167
En el monte canta el cuco,
y en el nido la cigüeña,
el pajarito en la fuente,
y el borracho en la taberna. (71/107)
1168
En el muelle de Alicante
hay mucho que descubrir,
han hecho una puerta nueva
para entrar y no salir. (198/6)
1169
En la raya de tu pelo
está la luna parada,
y no la deja salir
la hermosura de tu cara. (71/106)
1170
En Madrid con ser Madrid
se levantan de mañana,
comen si tienen qué
y almuerzan si tienen gana. (195/12)
1171
En Málaga me embarqué
en un casco de cebolla,
y vine a desembarcar
en la puerta de mi novia. (196/10)
1172
En Málaga no hay serenos
y está bien dispuesto así,
el que quiere madrugar
que no se acueste a dormir. (196/9)
1173
En medio de un olivar
tengo un ochavo escondío,
no se lo digas a nadie,
mira que somos perdíos. (195/ 1)
1174
En teniendo el castellano
vino, ajos, trigo y cebada,
no deja la plaza en julio
ni en el invierno su capa. (196/1)
1175
En toda mi vida he visto
justillo de mejor tela
que aquél que te están cortando
en el cerrillo, Manuela. (195/7)
1176
En una cueva metío,
ni sol ni luna me entraba;
de pensar en tus partías:
gotas de sangre lloraba. (64/32)
1177
Es el vino tan sutil
que por las venas se mete,
y se sube a predicar
al púlpito de la frente. (66/54)
1178
Es mi mujer más bonita
que los reales de a ocho,
más blanquita que la nieve
y más tierna que el bizcocho. (66/56)
1179
Esos cabellitos rubios
que te cuergan por la frente,
parecen campanillas
que van llamando a la gente. (73/135)
1180
Estaba la Virgen María
y los Santos Apóstoles
comiéndose unos pájaros
debajo de unos árboles. (195/ 11)
1181
Esta noche ha de llover,
que esté raso, que esté nublo;
han de llover buenos palos
en las costillas de algunos. (199/4)
1182
Es tanta la fantasía
de mi sargento primero,
que le pido unos zapatos
y me da vestido nuevo. (200/4)
1183
¿Estás cogiendo aceituna,
carita e quita pesares?,
carita como la tuya
no ha entrado en los olivares. (74/14 1)
1184
Estas rejas son de bronce,
y estas paredes de piedra;
mis amigos son de vidrio,
por no quebrarse, no llegan. (199/5)
Véase como variante oral la n° 673, tomo I.
Véase, etc. n° 474, tomo I.
ochavo, antigua moneda española de cobre con peso de un ochavo de onza y valor de dos maravedíes, usada desde el reinado de Felipe III hasta mediados del XIX.
justillo, prenda de vestir interior, sin mangas, ceñida al cuerpo y que no pasa de la cintura.
real de a ocho, moneda de plata, que equivalía a ocho reales de plata vieja.
La hemos recogido oralmente con el primer verso de esta forma:
« Con esos cabellos rubios... ».
Como variante oral hemos recogido:
«Esta noche va a llover,
sin haber nublos ningunos,
una tormenta de palos
en las costillas de algunos».
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