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10. BROMAS EN EL LAVADERO
No por mucho trabajar se ha de perder la alegría.
© Enrique Alcalá Ortiz
Se hacen con este juego magistral de palabras:
En el pilar de la baba,
lavaba la niña mía;
como lavaba la baba,
la baba se le caía.
O se critican a aquellos zapateros que con su pequeño taller se desparraman en número considerable por todos los barrios:
Los zapateros son puercos
y si no a la vista está,
que tienen los dientes negros
de roer el cordobán.
Este aire distendido de las coplas impregnadas de ironía y gracia se complementa con algunas otras donde se dan bromas mucho más serias, se lava la ropa en el agua de fregar o bien el aguador coge agua para beber donde se lavan los pañales y el culero de los niños.
Mírala por donde viene,
mírala por donde va
la que me lavó el pañuelo
en el agua de fregar;
me lo tendió en el jumero
p?acabarlo de enmendar;
mírala por donde viene,
mírala por donde va.
*
Atención pido, señores,
de lo que voy a explicar:
del chasco que ha sucedido
en el tajo el Coscojal.
Que fue Vicente por agua
al pozo del Espinar,
viendo el pobre que sus pies
allí no podían llegar,
se tiró la atarjea arriba,
¿adónde vino a parar?,
donde está Juana lavando
el culero y el pañal.
Le dice: -?Juana del alma,
por la Virgen del Pilar,
me voy a sentar un rato
para poder descansar.
Mientras tú lavas los trapos
para yo poder llenar
agua pa cogedores
y que no se sepa na.
Juana le dijo que sí,
pero no era regular
que beban los cogedores
donde se lava el pañal.
Ya llenó Vicente el agua
y comenzó a caminar
con todo el cuerpo encogido
de tanto mirar p?atrás
con las rodillas temblando
y la barba tiritar,
por eso le conocieron
que era el hombre criminal,
que había llenado el agua
donde se lava el pañal.
Después de todo lo expuesto, afortunadamente, hoy estamos muy lejos, creemos, del machismo de este mozo que recrimina a su mujer su comportamiento poco hacendoso, al no lavarle la ropa, no darle de comer y no limpiarle el cuarto, causas finales de su rechazo.
Tú no me lavas la ropa,
tú no me das de comer;
tú no me limpias el cuarto:
¡vete a paseo mujer!
¡Después de tantas fatigas, lo que tenían que soportar nuestras abuelas lavanderas!
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