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36. AMANECER EN EL FUTURO
Y los poemas: 37. Después de los usos. 38. Buscando la cara del alma. 39. La última posibilidad. 40. Oligarquía ascendente.
© Enrique Alcalá Ortiz
Razón de engranaje
de máximos y mínimos,
con marca prefijada
cual absoluto nítido
de fecha sin esperas.
Así amaneces en mi futuro
de confirmaciones exageradas
cada mañana del hoy
que no alcanzo jamás.
37. DESPUÉS DE LOS USOS
Gasté mi secreto,
sin percibirme de su pérdida
con el paso del tiempo.
Fue un valor pasado sin venta.
Al menos no estaba resentido ni vacío.
Nadie se dio cuenta.
Renací purpúreo, tal cual,
mostrando la esencia de antes de nacer.
Después de los usos
la pregunta no tiene sentido
y la respuesta mucho menos.
La lógica dice que no.
Aunque acepto los hechos.
38. BUSCANDO LA CARA DEL ALMA
Nunca he visto tu cara de alma.
La de la puñetera norma gastada por el uso
es un calco sin resonancias
que ni apercibo aunque la retrate.
No sabía decir si lo siento,
pues es un hecho de prefijada voluntad,
culpable de las normas
y de moral perdonada.
Posibilidad, -incierta-
hay de que tu cara de paseo
se me muestre y como resultas
no tenga que hacer dolorosas extirpaciones.
¿Y si no lo consigo?
Comprensión me falta desde luego
para advertir la cara de tu alma.
39. LA ÚLTIMA POSIBILIDAD
in agotar la última posibilidad.
Siempre hay un más donde había tanto.
El trabajo es mi mejor reclamo de descanso
para buscar
esa posibilidad disparada.
No hay imaginación posible
que alcanzarla pueda
y retenerla menos.
Arriba, abajo, allí, aquí.
Ciertamente, había más.
Y ciertamente, también, ¿dónde?
40. OLIGARQUÍA ASCENDENTE
Oligarquía de mí.
Oligarquía de ti.
Arriba, abajo.
El abajo del de arriba,
pero no el de arriba
del de abajo.
Sencillez de entendederas
fácil,
si de intelectual vomitador
de ideas es maltratado.
Oligarquía
que de subterráneo nivel
asciende en volutas.
Respira, pues, boca abajo
para que la expiración trasera ascienda.
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