-
01. AMARRADOS
Y los poemas: 02. La llave para no abrir nada. 03. Discurso. 04. Nada, si acaso. 05. Eternamente incorporado.
© Enrique Alcalá Ortiz
Amarrados,
-no al duro banco de una galera-
al uso usado,
a la forma deforme,
al que dirán de los dichos,
al camino caminado,
a la palabra usada,
a la religión de religiosa prehistoria,
al agua clorada,
al sino de nuestra vida,
a la vibración del amor,
al humo del tabaco,
a ese alcohol que nos amodorra y entontece,
al refresco de esa propaganda pregonada,
al anuncio que nos martillea,
a seguir esa línea continua-discontinua
que nos marca la estrella de los vientos,
a que se pongan delante y detrás de nosotros,
a ver eso sin codiciarlo,
a oír eso sin escucharlo,
a gustar eso sin pretenderlo,
a sentir eso sin quererlo,
a pensar eso sin entenderlo.
Amarrados,
-¿al duro banco de una galera?-,
encadenado,
a esa tortilla
que degustamos sin haberla adobado.
02. LA LLAVE PARA NO ABRIR NADA
La llave para no abrir nada
la duplicaban alfareros de bigote lacio.
Si usarla fue...
No luz, no oscuridad.
No alegría, no pena.
No admiración, no espanto.
No lejos, no cerca.
No guerra, no paz.
No melodrama, no comedia.
No escape, no encuentro.
No allá, no acá.
No juventud, no vejez.
No comienzo, no meta.
No más, no menos.
No conciencia, no religión.
No realizar, no esperar.
No puerta, no interior.
No evidente, no eternidad.
No inteligencia, no sub.
La llave para no abrir nada
Estaba gastada de tanto uso.
Por fin la libertad.
Sin llaves.
03. DISCURSO
Discurseo el aplauso que me mandas,
porque todo el misterio de comunicación
está en decirte lo que quieren que diga.
Un bledo les importa: si piensan, si pienso.
Acorbata la garganta
del si pienso y no digo,
porque lo que interesa es el aplauso
que me mandas
para pagarme lo que me das que diga.
Todos contentos con almohadones
de piedra en las manos.
Mientras yo discurseo, el si decir, si digo,
-porque la soledad de nadie,
desierta de otras ideas,
apenas entre dos cercanos es algo tangible-,
llegaría a la rebosadura
de creer siquiera, si decir, si digo;
más aún:
si piensan, si pienso.
4. NADA, SI ACASO
Nada,
sin nada que llene
ese espacio infinito
que la soledad-sola no nos llena.
Nada,
si acaso,
un presente de ahora mismo,
un presente contemporáneo
sin los miramientos de allá.
De ese allá -futuro-
que coarta y encadena
este momento de ahora.
Nada,
nada en nada,
solamente nada,
ni este momento de nada,
siquiera solo.
Porque pensarlo sería algo,
y nada en su aislamiento
no sería su expresión poca.
5. ETERNAMENTE INCORPORADO
Desconectado, ¿me gusta?
Ese quebrado que separa.
¿Me parece?
Vuelvo de nuevo a unir
aunque el cambio continúe.
Separado,
¿así?
Aunque la desconexión exista
para siempre.
Eternamente incorporado,
será siempre el eslabón
de la cadena
que a nuestra incomprensión se escapa.
2439 Veces visto -
|
|