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01. SONIDO DE CAMPANAS
Bodas blancas y de plata.
© Enrique Alcalá Ortiz
Tan, tan, tan, tan.
Se oyen cantar las campanas
por las iglesias del pueblo:
el repique es de alegría
porque anuncia un casamiento.
Será la boda del año,
la de Auxi y Anacleto,
y no porque sean príncipes
de los que están en los cuentos
sino porque han hecho frente
con su voluntad de acero
a las curvas del camino,
a la furia de los vientos,
a la sombra que los álamos
en su camino le hicieron,
a las sonatas de pájaros
que cantan desde lo lejos
unas coplas timoratas
de incomprensión... y de miedo.
Han dado un paso al frente
cuando dijeron: "Sí quiero".
"Un sí quiero" que ellos quieren
que no sea un simple reto,
sino "un si quiero" de amor
que pueble todo el desierto
de las normas que separan
a los que iguales nacemos.
Tan, tan, tan, tan.
Se oyen cantar las campanas
por las iglesias del pueblo:
el repique es de alegría
porque anuncia un casamiento.
Se oyen cantar las campanas
por las iglesias del pueblo:
un gitano y una paya
nos están dando el ejemplo
de un amor que une culturas
tan lejanas en el tiempo.
Se sobrecoge el espíritu
y se llena de contento.
Bailan sudores de raza
en las pieles de ese cuerpo
que Auxi cubre de tul blanco
mientras se ríe por dentro...
Por ser tan buena maestra,
por ser mujer de talento
nos está enseñando: ...amor.
Un querer de los sinceros
que derrite las cadenas
y apaga cualquier incendio.
Tan, tan, tan, tan.
Se oyen cantar las campanas
por las iglesias del pueblo:
el repique es de alegría
porque anuncia un casamiento.
El ánimo se desploma
y se atraganta en el pecho.
Fandangos y bulerías
se escapan del compañero
que hizo su vida espectáculo
cuando enseñaba el flamenco.
Bailes de tierra nos muestran
lo que se vivió en sus sueños.
Palmas para el director
que se ganó la amistad
de todos los que tuvieron
con él roce o algún trato...
porque es un gitano bueno.
Por eso,
Por eso, te quieren todos
por tu bondad, Anacleto.
Tan, tan, tan, tan.
Se oyen cantar las campanas
por las iglesias del pueblo:
el repique es de alegría
porque anuncia un casamiento.
Que esas campanas que suenan,
siempre toquen de contento
y más que sonar, repiquen
cuando lleguéis a ser viejos
porque es seguro que hoy
están tronando en los cielos.
Y acabo con este grito:
¡Viva Auxi y Anacleto!
Recitada a Auxi y Anacleto, gitano él, maestra ella, el día 14 de marzo de 1992. Se publicó en Historia y anécdota del '92 en Priego. Y en la revista El Camino, de la Hermandad del Rocío. El público a coro recitaba el estribillo.
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