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16. LAS PASTAS ITALIANAS
© Enrique Alcalá Ortiz
I
No hay que ser un gran experto
para saber que en Italia
aquello que más te sirven
sin dudar serán las pastas.
Se comen todos los días
de la noche a la mañana
y si te desvela el sueño
te las dan de madrugada.
Pasta comen, pasta como,
nadando sobre las salsas.
Marco Polo estando en China
se las dieron a probarlas
y como buen comerciante
se trajo diez mil fragatas.
Los venecianos al verlas
por muy poco se atragantan.
No sabían cómo comerlas:
¿con tenedor?, ¿con cuchara?
De estos inventos no había?
sólo cuchillos y espadas.
Así que echaron la mano
a eso que dedos se llama.
Algunas se les caían,
pero otras muy bien entraban.
Pastas, pastas, pastas, pastas.
Trigo duro, tallo fuerte
y granos como granadas;
amarillos ambarinos
en espigas soleadas.
Molinos fabrican sémolas
de una harina muy compacta,
rica en fibras y en hidratos
que al comerla no te cansa.
Se sirven sémolas puras
o pueden ser aliñadas
con carne, queso, verduras
y muchos tipos de salsas.
De ajo, tomate, mariscos,
de jamón de buena pata,
su buen aceite de Priego
en salsas verdes o blancas.
Salsas beben, salsas bebo;
salsas, salsas, salsas, salsas.
Y ya que estamos comiendo
repasemos bien la carta.
Si son cuadrados muy grandes
nos están dando lasaña,
pero si son más pequeños
de canelones se trata;
y si disminuyen más,
ravioli es lo que se traga.
Se les llaman tallarines
si son picas descarnadas.
Si son hilitos muy finos,
son los fideos del alma,
que se llaman espagueti
cuando se engruesan y alargan.
Los macarrones son trozos
tan huecos como las cañas.
Es sémola si son granos.
Si tiene forma estrellada
entonces son los pastines
que a la sopita acompañan.
Viendo lo que vale todo,
solicito una empanada.
Por ninguna parte veo
el rico bistec de vaca.
Pastas comen, pastas como;
salsas sorben, sorbo salsas.
II
Algunos habrán pensado
que me olvidé de las pizzas
y no podía olvidarme
de tan famosa comida.
Pizzas, pizzas, pizzas, pizzas.
Círculos de pasta gruesa,
círculos de pasta fina,
redondeles con albero
que al masticarlo se estira
como se alargan las gomas
de los viejos tirachinas.
Placer de personas grandes,
gozo de personas chicas,
que se expenden congeladas,
es decir, se ofertan frías
dentro de grandes cajones
junto a las gambas cocidas;
o en bares populares
que las sirven calentitas
y que cortadas en trozos
descienden a la barriga
como destino final
de esta sabrosa delicia
que hoy constituye una parte
de los gozos de la vida.
Pizzas cuecen, pizzas comes;
pizzas, pizzas, pizzas, pizzas.
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