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02. COSTA BRAVA
© Enrique Alcalá Ortiz
La noche se fue durmiendo
entre las cintas de asfalto
y el autobús con sus ruedas
-como cascos de caballo-
fue desplazando los vientos
con las luces de sus faros.
Suaves sonidos de coches
que se alejan como galgos
chocaban con los cristales,
y su ritmo acompasado,
formaba un concierto oscuro,
monótono y sin encanto
que sin querer o queriendo
oían adormilados.
Los campos secos de lluvia
amarillean su enfado.
En una de las paradas
de este viaje tan gallardo,
en un pueblo alicantino
por Crevillente nombrado,
se nos presenta Asun Pérez
de repente, de sopapo,
dice que será la guía
de chicos y veteranos.
Si marchábamos al norte,
hemos con el norte dado.
Ya después de presentarse
nos da consejos de santo:
que nos comportemos bien,
y que no armemos saraos;
que no aburramos a nadie,
que el viaje será muy largo,
que seamos buenos chicos,
y que no hagamos el ganso;
que dar un paseo en barca
cuesta como todo el barco,
que ver las plazas y fuentes
vale más que el Vaticano
y para ver las basílicas
pagará todo cristiano,
y de este mismo tenor
el que desee ver Mónaco.
El desayuno en La Plana
a muchos costó tragarlo.
Las costas cambian de nombre
y lo mismo los poblados.
Del Azahar al Maresme
sólo tardamos un rato.
Hasta que al fin el sol quiso
destaparse con sus rayos.
Todo lo que estaba oculto
se mostró como un milagro.
- La Costa Brava es un lujo
del mar Mediterráneo-,
comentaron los viajeros
mientras se iban apeando,
y se tocaban los ojos,
y se mojaban los labios,
y respiraban profundo,
y así iban despertando.
Chillidos de ruedas chicas
forman de nuevo otro canto
que suaviza su voz fina
entre las losas de mármol.
Nuestra meta era Malgrat
de Mar. Un pueblo sembrado
con centenares de hoteles
casi todos ocupados
con muchas personas rubias
y con lenguaje muy raro.
Según me cuentan, Malgrat,
en catalán es mal grado
porque los obreros antes
venían aquí enfadados.
?Sorra Daurada? se llama
el hotel que han contratado.
Lo de ?Daurada? es dorada,
eso no habrá que explicarlo,
mas ?sorra? es otro cantar,
otro cantar y otro canto.
Zorra es un felino que anda
en los subbéticos campos.
Zorra aplicado a mujer?,
es mejor no comentarlo.
Pero esa ?sorra? de ahora
es arena en castellano.
Castellano es español
y aquí lo digo bien alto.
Y con la ?sorra? del mar
o con el cloro del baño,
fuimos traspasando el día
hasta que llegó el descanso.
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